EL PAíS
La Noche más oscura
La Noche de los Lápices fue una de las marcas del horror instalado como práctica generalizada por la dictadura militar. El reclamo del boleto escolar era una vieja consigna de todo el movimiento estudiantil. El 13 de septiembre del ‘75, los alumnos del Normal 3 de La Plata festejaban la conquista del BES (Boleto Estudiantil Secundario). Después del golpe militar del 24 de marzo del ‘76, comenzó la cacería de sus dirigentes a manos de los grupos de tareas. Entre el 1 y el 16 de septiembre de ese año, ya detectados los líderes del reclamo, comenzaron las desapariciones de estudiantes: Francisco López Mantener, Claudio de Acha, Horacio Ungaro, Daniel Racero, María Clara Ciocchini y María Claudia Falcone. Cinco días después, fue secuestrado Pablo Díaz. El único sobreviviente de la Noche de los Lápices.
El testimonio de Pablo Díaz ante la Cámara Federal de La Plata probó que en el campo de concentración conocido como Campo de Arana había una maternidad. Ni las madres que allí se encontraban secuestradas, ni sus hijos volvieron a aparecer con vida. Durante ese juicio se demostró que las desapariciones de la Noche de los Lápices habían sido parte de una maniobra cuidadosamente analizada por el Batallón de Inteligencia 601 y la temible Policía Bonaerense. A las cabezas de esas áreas se encontraban Carlos Alberto Roque Tepedino y Miguel Osvaldo Etchecolatz.