El dolor se podía palpar en el aire del recinto y en las caras de la mayoría de los diputados. La sesión especial, convocada para repudiar el golpe del 24 de marzo de 1976, unificó el sentimiento de la mayoría de los bloques. Compartir sentimientos no significa compartir posiciones políticas. El oficialismo vivió como una especulación de la oposición la propuesta del ARI de anular los indultos con los que Menem benefició a los máximos responsables de la dictadura. Propuesta que el oficialismo rechazó. Los discursos de repudio al golpe militar estuvieron matizados por la falta de quórum y por las ausencias que demoraron la votación. Demora en la que el oficialismo esperó, en vano, una señal de la Rosada.

La bonaerense Diana Conti comenzó la larga saga de discursos. Repasó la herencia que dejó la dictadura y reivindicó a Alfonsín por sentar en el banquillo a los miembros de las juntas. La sesión recién comenzaba y ya estaba sin quórum para votar una moción de Eduardo Camaño que reclamaba fijar horario de votación. La posibilidad de que la sesión naufragara y de que no se pudiera votar el repudio al golpe inquietó a algunos. El bloque oficialista vació la mayoría de sus bancas. La diputada del ARI, Elsa Quiroz, repasó su historia personal. Así fue que hablando del presente dijo que desde el poder se propone reducir la realidad a que “acá está el progresismo, allá la derecha y el resto es marginal”. Pidió que se tratara sobre tablas el anulamiento de los indultos. El jefe del bloque oficialista, Agustín Rossi, lo rechazó. Luego reivindicó a las víctimas de la dictadura y se opuso a discutir los indultos por una cuestión reglamentaria.