Aunque para Argentina el tema no era tan delicado como para Brasil (no importa tanto gas desde Bolivia como el que recibe el socio mayor del Mercosur, cuyo polo industrial de San Pablo vive del suministro boliviano), la discusión por el precio estuvo presente ayer en esta cumbre energética. Los ministros de hidrocarburos de cada país –Andrés Soliz Rada (Bolivia), Julio De Vido (Argentina), Silas Rondeau (Brasil) y Rafael Ramírez (Venezuela)– analizaron el tema en forma global. La discusión más precisa acerca del precio quedó pendiente para negociaciones futuras. Sin embargo, Brasil y Argentina se llevaron el compromiso de Bolivia de que el aumento del precio permanecerá en una franja de “racionalidad”. “Se habló de un precio razonable”, confirmó el canciller brasileño, Celso Amorim. “No se discutió de precios, aunque los volúmenes están garantizados”, dijo De Vido en diálogo con Página/12.

---

En La Paz, Bolivia, la sensación pos Iguazú combinó optimismo y sensación de alivio: después de la nacionalización –con militarización– de campos petroleros, gasoductos y refinerías el 1º de mayo, la sangre no llegó al río y Bolivia pudo defender con firmeza el decreto “Héroes del Chaco” ante los “grandes” de la región, incluido el más enojado de todos, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien Morales llamó varias veces “un hermano mayor”, pero ahora lo sorprendió con la ocupación militar de Petrobras. El pasaje de las declaraciones de Néstor Kirchner en el que dijo “respetamos y saludamos la decisión soberana de cada país y en este caso del pueblo boliviano” fueron presentadas por la prensa de Bolivia como una muestra de apoyo a la nacionalización. Lula dijo algo similar: “Reconocemos el papel de Bolivia de definir su soberanía sobre sus riquezas naturales”.

---

Menos unánime fue la interpretación que tuvo en Bolivia la frase que establece que los precios de venta de gas boliviano a Argentina y Brasil se fijarán “en un marco racional y equitativo” y bilateral, lo que algunos entendieron como una ambigüedad para allanar el camino hacia la sonrisa para la foto. Una noticia positiva para el país, elogiada incluso por sectores empresariales, fue la “incorporación plena de Bolivia al Gasoducto del Sur”, hace poco calificado por el viceministro de Hidrocarburos boliviano, Julio Gómez, como “una chifladura”.