La asistente social Susana Lima Quintana Ojeda, del Juzgado Nacional en lo Civil Nº 23, entrevistó a la mamá de una niña internada en Apand. La señora M. M. relató que “la ropa buena que le ha comprado a M. ha desaparecido a pesar de estar identificada con su nombre, que durante las visitas de fin de semana que realiza M. a su domicilio (dos veces por mes), la han mandado con ropa de verano cuando hacía frío”. La madre agregó que desde que su hija vive en Baradero sufre de los bronquios y se le hizo crónica esta afección. Su hija le cuenta que “tiene que esperar desnuda para entrar al baño a bañarse y en ese momento pasa mucho frío”. Y “se queja además de que sus compañeras le pegan, especialmente una niña de 15 años, y que cuando ella se porta mal, Nora, la responsable del hogar, la pellizca”.

“En otra oportunidad –señaló la madre a la asistente social– le entregaron a M. prácticamente dopada, permanecía semiinclinada hacia delante, sin moverse ni hablar. Se comunicó entonces con el Dr. Vicentini, psiquiatra de Apand, quien telefónicamente le manifestó que no había sido informado (de) que M. se encontraba en ese estado y le indicó que no le diera la medicación, la cual ella ya había suspendido por su cuenta. Agregó que M. tardó una semana en desintoxicarse y no la reintegró al hogar hasta que la niña presentó una conducta normal.”