Juan Antonio Yáñez Barnuevo, el facilitador nombrado por el rey Juan Carlos de Borbón, se permitió ayer transgredir un poco su estilo prudente y algo timidón. Como muestra de su alivio por haber logrado gestar un encuentro que hasta hace unos días parecía imposible, dijo: “Me siento estimulado por la actitud muy constructiva que han tenido las partes”. “Si ellos están satisfechos, nosotros estamos más que satisfechos”, comentó. “Es un hecho importante haberse puesto de acuerdo, se abre un nuevo proceso de diálogo directo para afrontar todas estas cuestiones con espíritu abierto”, sostuvo. A la vez pidió “no minusvaluar las dificultades que todavía subsisten”. Yáñez Barnuevo, descendiente de familia diplomática y militante del PSOE de Sevilla, es ahora embajador español en Naciones Unidas. Ayer comentó ante una consulta periodística que “si las partes” creyeran que “les ayudaría alguna presencia internacional más amplia” en el diferendo, “por parte de los organismos internacionales habría una actitud positiva de apoyo y de ayuda”. Para una intervención de la ONU, de todos modos, debería estar superado o desistido el juicio en La Haya, que depende de esa organización.