Por tercer día consecutivo, el Presidente expresó ayer su confianza en que su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, ganará las elecciones presidenciales. “Nosotros apostamos fuertemente a la profundización de este cambio –dijo Néstor Kirchner durante un acto en el Salón Sur de la Casa Rosada–. Estamos apostando fuerte a este cambio que recién empieza y sabemos que es muy importante darle fuerza para que el Gobierno que venga sea mucho mejor, más justo y federal que el que nos tocó a nosotros.” Kirchner hizo estas declaraciones al anunciar el comienzo de las obras para construir un puente que unirá las ciudades de Cipolletti y Neuquén. Desde el famoso atril, Kirchner cuestionó a la oposición (“anuncian el Apocalipsis y dicen que las cosas van a andar mal”) y vaticinó un triunfo de su esposa el 28 de octubre. “El 28 de octubre la Argentina va a dar una lección de cómo se terminó el discurso del fracaso”, dijo.

Kirchner volvió a defender la idea de la concertación plural. Lo hizo justo el mismo día en que se conocieron versiones sobre una supuesta operación para que Carlos Reutemann fuera ungido como segundo de CFK en lugar de Julio Cobos. “En todo momento lo que tratamos de hacer no fueron acuerdos de cúpulas con dirigentes de otros partidos, sino que trabajamos pensando siempre en la gente, en las provincias y el desarrollo, y no tratando de ver qué nos depara el destino político. Porque creemos que es muy buena la renovación política y generar cambios institucionales”, dijo Kirchner. En el acto lo acompañaron el gobernador de Río Negro, Miguel Saiz (quien representaba al resto de los radicales K, como el mendocino Cobos); el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y los ministros Julio De Vido y Aníbal Fernández.

En un tono claramente de campaña, el Presidente se refirió a la oposición sin dar nombres puntuales. Los acusó de no saber gobernar. “Son incapaces de crear las condiciones para que la Argentina pueda crecer. Son los mismos que fueron responsables de los fracasos de los últimos años. Basta ver los nombres: fueron funcionarios, fueron candidatos, fueron de todo”, recordó. Esta vez no lo acompañó la propia CFK, a diferencia de otros actos institucionales que tuvieron lugar en los próximos días. Desde el atril, Kirchner desempolvó su clásico pedido de tener “memoria” (lo solía usar en la campaña de 2005). “La Argentina de la mala onda y el fracaso tiene dueños y apellidos que ya le han hecho demasiado daño al país”, sentenció.