A ninguno le quedaron dudas. Los cuatro principales candidatos a presidente de la oposición destacaron que el episodio de la valija venezolana tiene todo el aspecto de ser un caso de corrupción. Ninguno dejó crítica por hacer, investigación judicial por reclamar, ni renuncia por pedir tras la salida del titular del Occovi, Claudio Uberti. La mayoría le tiró por elevación al ministro de Planificación, Julio De Vido, y al presidente Néstor Kirchner.

- Elisa Carrió (Coalición Cívica): “Claudio Uberti es el brazo ejecutor de los negocios sucios y no claros del presidente Néstor Kirchner y del ministro de Planificación, Julio De Vido. La verdad es que nosotros lo veníamos investigando a Uberti desde hace muchísimos años, desde principios de 2004. Fue el recaudador de campaña de Kirchner y estuvo involucrado en sobreprecios en los temas viales. Hay que profundizar la investigación de lo que hace este hombre yendo dos veces por mes a Venezuela. ¿Cuáles son los negocios? ¿Qué es eso de ser casi un embajador paralelo?”

- Jorge Sobisch (El Movimiento): “Hubo complicidad manifiesta de los actores del poder que creen que son superhombres, que pueden hacer lo que se les antoje con total impunidad. Enarsa, el Occovi y estos funcionarios sólo sirven como cómplices, sirven para blanquear dinero, para contrabandear dinero, para hacer negocios que ensucian a todos los argentinos, y el principal responsable es el presidente de la Nación”.

- Roberto Lavagna (Una Nación Avanzada): “La Argentina tiene dos relaciones internacionales teñidas de una fuerte falta de transparencia: con España a través de Repsol-YPF, y las relaciones con (el presidente venezolano, Hugo) Chávez. Debería investigarse a todos los funcionarios argentinos que iban en el avión. Siendo ministro de Economía durante casi cuatro años, jamás alquilé un avión. Todo esto tiene que ver con un aparato institucional. Claramente hay que hacer allí una remoción total de funcionarios”.

- Ricardo López Murphy (Recrear-PRO): “Espero que pase lo mismo con Espinosa, el presidente de Enarsa, que autorizó este vuelo que embarcaba pasajeros lavadores de dinero o contrabandistas, y al ministro responsable del área (De Vido), donde ocurrieron todos estos desastres, porque lo de Skanska ocurrió ahí, lo de Enarsa ocurrió ahí, lo de Occovi ocurrió ahí. Algo raro le pasa a la sociedad, que no siente náuseas frente a estos episodios. La reacción de la población no es la que uno esperaría. Estoy preocupado por la situación de la valija que entró, y que Enarsa se dé el gusto de contratar un avión privado gastando cien veces más de lo que salen los pasajes para traer contrabandistas y lavadores de dinero”.