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–¿El radicalismo va a hacer la peor elección de su historia?
–Hasta ahora no hay candidatos, pero yo creo que si la Convención Nacional define una plataforma seria y progresista tenemos un campo interesante para trabajar.
–¿Por qué?
–Todo bastante imprevisible, pero los que aparecen al frente de las posibilidades no despiertan una gran tranquilidad. Y nosotros podemos hacerlo.
–¿Va a apoyar algún candidato?
–No. No me voy a meter en la interna.
–¿Está seguro?
–(ríe) Sí. Me voy a tener que ir, porque todos vienen a consultarme.
–¿Está enojado con Rodolfo Terragno?
–Todo el mundo sabe que no es mi favorito. No he tenido un disgusto personal, pero no estoy de acuerdo con lo que realizó en el Senado, con la presentación que realizó sin ningún símbolo partidario. Parece un pasajero del radicalismo y no lo que necesitamos ahora, que es galvanizar los conceptos radicales.
–¿Qué opina de la candidatura de Carlos Menem?
–Estoy muy en contra porque no estoy de acuerdo con la dolarización.
–¿Y de la de Adolfo Rodríguez Saá?
–No conozco demasiado y no se lo puede juzgar por esos siete días de gobierno. Tuvo audacia. Pero lo que más preocupa es cómo maneja la gobernación de San Luis. Yo le veo un fuerte tinte autoritario y eso me preocupa mucho.
–¿Y de la de José Manuel de la Sota?
–Le está yendo mal en Córdoba. No ha acertado.