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Testigo y querellante

Antonio Viana Acosta, un uruguayo que fue dirigente tupamaro y víctima de la Triple A, se presentó ayer en el juzgado de Norberto Oyarbide, dio su testimonio y pidió ser querellante. Perseguido en su país había venido a vivir a la Argentina en 1973 a trabajar en derechos humanos, junto a los ex senadores Enrique Erro y Zelmar Michelini y el diputado Juan Chenlo. A su vez, se incorporó como voluntario al Ministerio de Bienestar Social, donde llegó a saber que allí mismo se gestaba su secuestro. En su detención, en 21 de febrero de 1974, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, participaron –según su relato– los jefes de la AAA Juan Ramón Morales y Rodolfo Almirón, también el jefe policial Alberto Villar y el superintendente Luis Margaride, grupos de la derecha peronista, la Juventud Sindical y la UOM. Sufrió torturas en su propia casa y durante dos semanas en Coordinación Federal. Luego estuvo preso en Devoto hasta que el 5 de abril, en una operación sincronizada entre los gobiernos argentino y uruguayo, fue trasladado a Montevideo, donde la dictadura lo mantuvo preso ocho años más. Su caso, que fue adelantado por Página/12, revela la coordinación represiva entre ambos países aun antes del golpe de 1976, con participación directa de personajes de la AAA.

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