- A todos los jueces se los veía más relajados en el segundo día de conferencia. Sobre todo a un grupo de juezas que correteaban detrás del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, para sacarse fotos con él. Otras le pedían autógrafos y dedicatorias en libros (verdaderos mamotretos) de Derecho que se vendían en el centro de convenciones. Su Señoría, gustoso.

- De los jueces federales porteños que fueron al evento ayer quedaba sólo Julián Ercolini. Los demás –Gabriel Cavallo, Ariel Lijo y Sergio Torres– estuvieron en la apertura, almorzaron con Lorenzetti y se tomaron el avión de regreso. En la comida, un banquete de empanadas exclusivo para ellos, hubo un tema ineludible que acaparó los comentarios: el inminente paso del juez federal Guillermo Montenegro a la política de la mano de Mauricio Macri. La mayoría morigeró las críticas y coincidió en que “es una decisión personal, difícil por cierto”.

- Al mediodía, después del lunch montaron un escenario en el hall central para que cantara un grupo de jóvenes y modernas folkloristas vestidas con remera roja y jean. Los jueces no resistieron la tentación: en cadena fueron levantando sus celulares para fotografiar a las chicas.

- Durante los talleres, los planteos fueron tan variados y extremos que mientras varios jueces se quejaban por el volumen de trabajo, un juez de La Rioja dijo que tiene tan pocos expedientes que cada vez que le llega uno sus colegas le dicen “dale, sacale una foto”. Y se ofreció a socorrer a otros magistrados que necesiten ayuda.