La reunión del ministro de Economía, Miguel Peirano, con el que será el nuevo gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, generó ciertas expectativas sobre la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo para destrabar la deuda con el Club de París. Consultados por Página/12, los economistas Martín Hourest, Miguel Bein y Alejandro Vanoli coincidieron en la posibilidad de que el FMI acceda al requerimiento argentino sin imponer condicionalidades, sobre todo por la fragilidad en la que está sumido.

La mala situación del FMI, que mantiene abierto un proceso de reorganización que aún no pudo resolver, y el desembarco del socialista francés Dominique Strauss-Kahn a la cabeza del organismo son hechos que abren un interrogante acerca de la posibilidad de que, con su ayuda, se destrabe el problema. Martín Hourest, economista y legislador de la ciudad por el Movimiento por Buenos Aires, que encabeza el diputado Claudio Lozano, aseguró que “seguramente el acuerdo va a poder hacerse porque lo que está claro es que no hace falta ser socio del FMI para que emita el informe. Y es obligatorio para el Fondo hacerlo, ya que el Club de París lo puso como requisito para todos los países que piden refinanciación. Hoy el FMI está ‘sopapeado’ y no sirve para nada y el francés Strauss-Kahn es un hombre con un perfil diferente al de (Rodrigo) Rato (autoridad saliente del FMI). Como propuesta podría ser que el gobierno le pida que tome por bueno el presupuesto que se presentó para el 2008. Pero hay un dato importante y es que el FMI está hambriento de legitimidad, porque Strauss Kahn tiene que trabajar sobre el fracaso de la reformulación del FMI que abrió Rato”.

La forma en la que se puede retomar la renegociación de la deuda la tiene el FMI, quien debe emitir un informe con la revisión de cuentas fiscales argentinas, y es tema de debate. Miguel Bein, ex secretario de Programación Económica del gobierno de Fernando de la Rúa, afirmó que “todo depende claramente de una decisión política del FMI. Sin duda refinanciar la deuda con el Club de París no es una cuestión de vida o muerte para el país, pero es sumamente importante. El organismo tiene mecanismos por los que puede hacer un informe sin necesidad de entrar en negociaciones ni de imponer condiciones a la Argentina, cosa que ya se hizo en el pasado con otros países. Inevitablemente el FMI tiene que intervenir porque el Club de París lo tiene como consultor”.

Alejandro Vanoli, economista del grupo impulsor del Plan Fénix, sostuvo que las modificaciones que postula Strauss-Kahn son importantes aunque “habría que ver en qué medida puede cambiar la actitud del Grupo de los 7, particularmente de Estados Unidos, y si esto influye en el sentido de dar unas sensación de mayor democracia interna”. Sobre el marco de las tratativas que deberán llevarse adelante, Vanoli dijo que “el contexto es muy distinto del que había en los ’80 o ’90. Con seguridad se puede buscar un mecanismo para que el FMI emita una revisión de cuentas sin tener que avanzar en condicionalidades de ningún tipo. Por supuesto que hay que negociar, pero manteniendo la posición que se tuvo con la refinanciación de otras deudas donde no exista un cronograma de pagos ni condicionalidades de ningún tipo”. A la estrategia del gobierno, Hourest la sitúa en el punto en donde “para desbloquear el canje hay una tendencia inclinada a comprar reputación. La decisión es clara, llegar a un acuerdo con transnacionales para blindar la economía Argentina. Tiene que emitir una señal que clara: un pacto interno con grupos concentrados domésticos y un pacto externo con los organismos internacionales”.

Como alternativa para desarrollar en el futuro, Vanoli plantea que “sería importante generar una especie de Fondo Monetario Latinoamericano como el Banco del Sur para proyectos de desarrollo para fortalecer el sistema de reservas y liquidez regional”. Y Bein desgrana la figura de Strauss-Kahn, de quien dijo que “es un hombre que viene de otra experiencia política distinta a la de Rodrigo Rato, pero depende mucho de la vocación de cambio con la que llegue. Rato se va del FMI dejándolo en pésimas condiciones por desarrollar políticas duras y Strauss-Kahn tiene una óptica distinta más apuntada a la reestructuración del Fondo”, y sobre quien pone las mayor carga de responsabilidad: “esto depende de una decisión política de él, que cuando estuvo por Argentina dijo que iba a hacer sus mayores esfuerzos para destrabar el problema con el Club de París.