Argentina vive la paradoja de que a pesar de seguir sufriendo un 7,7 por ciento de desempleo, un 10 por ciento de subocupación y un altísimo grado de precarización laboral, cada vez tiene una mayor demanda de trabajadores insatisfecha. La causa es la falta de calificación de buena parte de su fuerza laboral.

El territorio donde se registra con mayor fuerza ese problema es en la provincia de Buenos Aires. La industria bonaerense no sólo sufre la carencia de profesionales, como ingenieros electrónicos, mecánicos, químicos o distintos tipos de especialistas en computación, entre otros; también faltan los que manejaban oficios como tornero, fresador, soldador y decenas de expertos que se perdieron en años de desindustrialización.

Uno de los desafíos que se plantea el equipo del electo gobernador de la provincia, Daniel Scioli, es volver a formarlos. Para eso, planea trabajar en dos frentes. El primero es la creación y reapertura de una importante cantidad de colegios industriales que vuelvan a formar los técnicos que se necesitan. La otra es la firma de acuerdos con las cámaras empresarias y con las grandes empresas para la financiación de cursos de capacitación intensivos que formen trabajadores.

Según el equipo de Scioli, muchísimas empresas de la provincia realizan importantes donaciones solidarias para cientos de organizaciones sociales dispersas a lo largo del territorio provincial. Sin perjuicio de que sigan haciéndolo, la idea es que el empresariado entienda que lo que se busca en esta nueva etapa es crear empleo decente. Es decir, ir reemplazando la ayuda social por trabajo. Y que para eso necesita que parte de esos fondos sean volcados al apoyo de los planes de capacitación de los recursos humanos disponibles que los necesitan.

La idea central es conjugar desempleo y demanda insatisfecha. Aunque el tema es bien conocido y se está transformando en un problema generalizado, asesores de Scioli en esa materia piensan que los empresarios esperan el apoyo estatal para dar el primer paso en un gran plan de formación laboral. La estrategia es utilizar las mismas agencias que trabajarán en el plan jóvenes para la búsqueda de fondos, capacitación y la tarea de agencia laboral. El otro factor que el equipo de empleo considera importante es la articulación con las universidades de la provincia para la capacitación de los desempleados en las nuevas tecnologías que las empresas están utilizando. En los países desarrollados es habitual que las universidades trabajen en el desarrollo de recursos humanos, mediante distintos acuerdos con el Estado y el sector privado. En Argentina es una experiencia poco explorada. El equipo de Scioli piensa que esa iniciativa también será positiva para los mismos centros de estudio.