Hace una semana, un importante militar brasileño ¿sorprendió? a propios y extraños cuando dijo en el Senado que “Brasil debía darse la posibilidad, en el futuro, de desarrollar un artefacto nuclear”. Se trataba del general José Benedito de Barros Moreira, el secretario de Política, Estrategia y Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa. “Fue algo atómico”, comentó con una media sonrisa un ministro argentino cuando Página/12 le preguntó por esa declaración.

Lo que no mostró el funcionario, que conoce muy bien a Itamaraty, fue sorpresa. Una primera explicación llegó más tarde, cuando terminó la reunión de presidentes y ministros. Por lo que se dijo allí quedó claro que el desarrollo de la tecnología nuclear es una prioridad para ambos países. Aunque Brasil parece ir más lejos: incluyen el tema dentro de las necesidades de defensa nacional.

En el encuentro bilateral, los ministros de Defensa, Nilda Garré y Nelson Jobim, hablaron de, a mediano plazo, acordar emprendimientos conjuntos que podrían incluir desarrollos en materia militar, con uso defensivo. Como en todo proceso, comentaron luego a los periodistas, la integración en materia nuclear primero comenzará con un diagnóstico. “Un inventario”, lo llamó el asesor en política exterior de Lula, Marco Aurelio García. Página/12 lo consultó sobre ese tema a la salida en las escalinatas del Planalto.

–En materia de política nuclear, ¿se planificó algo en concreto?

–La idea que apareció en las conversaciones es, en primer lugar, inventariar todas las iniciativas nucleares que hay en una parte y en otra. Nosotros tenemos que tener en cuenta lo que presentó la parte argentina como sus objetivos de mediano y largo plazo: ir desarrollando elementos energéticos, y en el enriquecimiento de uranio hay que ver la posibilidad de tener un emprendimiento común. En este aspecto, no tenemos ninguna diferencia fundamental con lo que piensa el gobierno argentino.