Cristina Fernández de Kirchner y Tabaré Vázquez se prodigaron gestos y palabras de afecto y pasó la cumbre de presidentes sin que se hiciera mención al conflicto por las papeleras. “Está usted en su casa, y no me refiero sólo a este edificio, sino a esta ciudad y a este país”, lisonjeó el uruguayo a la Presidenta. “Quiero agradecerle todo el cariño que me han brindado. La República Argentina también es la casa de miles de uruguayas y uruguayos”, respondió ella, en el intercambio que siguió al traspaso de la presidencia pro témpore del bloque. Sin papeleras, el tema político más trascendente de la breve cumbre de ayer pasó por el respaldo del Mercosur al gobierno de Evo Morales, envuelto en una de sus crisis más profundas.

Tabaré recibió temprano a Cristina Kirchner en la entrada posterior del Edificio del Mercosur y fueron todo abrazos y sonrisas. Tabaré se levantó de la cabecera de la mesa, subió al escenario e invitó a Cristina Kirchner. El uruguayo utilizó su tono habitual, campechano. Empezó diciendo que las formalidades muchas veces son huecas, pero consideraba que éste no era el caso, porque le resultaba “muy grato” traspasarle la conducción del bloque a Cristina. Habló de las virtudes que tenía para llevar adelante la tarea. “Convicción, dedicación, pasión”, enumeró. “En Uruguay usted está en su casa. Ningún argentino es extranjero o extraño.”