ESPECTáCULOS
“Este país no es racista, pero el racismo existe”
El documental “Afroargentinos” recorre la historia de los negros en Argentina, desde los tiempos de la Colonia hasta el presente.
“Argentina país intolerante con lo diferente”, creen los realizadores.
Por Emanuel Respighi
“Cuando a un argentino común y corriente se le pregunta acerca de los negros, lo primero que dice es que en Argentina no hay negros”, subraya Miriam Gómez, docente argentina descendiente de africanos. “Los argentinos vivimos negando nuestra variedad cultural”, apunta Patricia Andrade. “En la Argentina hay una mentalidad muy ignorante y cerrada. No se conoce nada sobre los negros”, sentencia el músico Fidel Nadal. “Toda persona que en los países de América latina no es descendiente de europeos es visto como un injerto social”, concluye Miguel Ríos, psicólogo social que sufre a diario la discriminación por el color de su piel. Estos son algunos de los testimonios que conforman Afroargentinos, un trabajo testimonial que indaga sobre la comunidad negra en la Argentina. El documental se exhibirá esta tarde, a las 14, en el marco de las jornadas “Buenos Aires negra”, que se desarrolla en el Centro de Museo de Buenos Aires (Avda. de los Italianos 851). La entrada es libre y gratuita.
Tomando como eje el testimonio de un grupo de negros argentinos, el trabajo realizado por Jorge Fortes y Diego Ceballos centra su atención en los problemas que sufre la comunidad en un país casi siempre hostil. Recorriendo el plan sistemático de exclusión de los negros que la dirigencia argentina impulsó desde los tiempos de la Colonia, Afroargentinos es una mirada concientizadora de esta problemática.
–¿Cuál fue la motivación por la que surgió Afroargentinos?
Diego Ceballos: –Cuando en Argentina se habla de racismo, lo que viene a la memoria es el Ku Klux Klan o el apartheid en Africa, pero nunca lo que pasó o pasa acá. Cuando empezamos a sumar las voces nos dimos cuenta de que en la Argentina hay un total desconocimiento de la raza negra. No se sabe el valor cultural que tiene, y que el asado y el tango provienen de Africa.
Jorge Fortes: –También está un poco estereotipado el tema del racismo en el país. Se concibe como un problema muy de película: se piensa que el racismo es que un tipo con capucha blanca agarre a un negro y le pegue. Pero también hay otras formas de racismo, que muchas veces funciona de manera inconsciente y otras no. En ese sentido, la Argentina es un país muy intolerante con todo lo que sea diferente: los indígenas, los asiáticos, los mal llamados “cabecitas negras”.
–¿Por qué sucede esto?
D.C.: –Tiene que ver con un proyecto de país que se fue construyendo a lo largo de la historia. Algunos, en algún momento, decidieron que el destino del país tenía que ser “blanco” y “europeo”. Y con esa convicción pusieron en práctica políticas que respondieran a esos intereses, elevando a la generación del 80 como máximo exponente.
–¿Cuál ha sido, entonces, la actitud de los mismos negros frente a esta situación?
J.F.: –Hay un poco de etnoracismo entre los negros. Así como los bolivianos no se quieren juntar con los bolivianos. Creo que perciben que el conjunto negro es rechazado más fácilmente que una persona. Al menos, al individuo se lo acepta mínimamente. Esta visión hace que renieguen de sus orígenes y su valor como comunidad. Prefieren estar separados y pasar inadvertidos.
D.C.: –Por las características de la historia de los negros en Argentina no hubo un proceso de orgullo racial en el país, como sí lo hubo en EE.UU., Colombia o Haití, donde se juntaron para fortalecer la comunidad. Eso, hasta ahora, no se ha dado. Aunque por lo que percibimos en el documental, lentamente se está empezando a ver un cambio al respecto.
–¿El documental puede llegar molestar?
J.F.: –Sí, es posible. Hay gente que se va a oponer y a negar ciertas declaraciones. Por ejemplo, alguien afirma que la Argentina es fascista. Eso va a molestar. También las declaraciones contra los negros de ciertos “próceres” históricos, que si bien no son tan graves, en la escuela no seacostumbran a estudiar. Creo que, igualmente, el concepto más acertado es aquel que plantea que el país no es racista, pero que existe el racismo.