ESPECTáCULOS › “LA ESTRELLA DEL SUR”, UN ESTRENO URUGUAYO
Llena de buenas intenciones
Por Martín Pérez
Todo comienza con una picada estival, previa a un asado rioplatense en el que no falta quien pida, como para terminar la escena: “Un aplauso para el asador”. Trabajo que no recayó en ninguno de los tres viejos amigos que sólo están sentados y hablan —algo amargados— de Lenin, de ciertos asaltos a supermercados y de la juventud de hoy. “Tan reaccionarios como sus abuelos”, exagera Gregorio, tan ex Tupamaro como sus amigos, pero recién repatriado a Montevideo con esposa y dos hijos adolescentes con acento español de las Islas Canarias.
Mientras pinta a las carcajadas estrellas revolucionarias en las calles montevideanas, Gregorio le reprocha a su hijo el olor a porro de su cuarto. Y sonríe satisfecho o se queja de su destino ciclotímicamente, según le pida el guión. Mientras tanto, a su hijo se le fruncirá el ceño cada vez que piense en el heroico pasado de su viejo. Y se irá metiendo cada vez más en una trama violenta que sueñan con vivir ciertos amigos de sus amigos, que sólo necesitarán de armas para cumplir el más audaz y peligroso de sus sueños combativos.
Avanzando a los tropezones cuando se trata de la acción, y sin saber qué historia contar antes cuando se trata de las palabras, La estrella del sur es un film uruguayo con cerveza Patricia, cigarrillos Nevada y un Jean- Pierre Noher importado, con mate bajo el brazo. Unas armas escondidas durante dos décadas son el centro de su trama y un sueño devenido en pesadilla acechando durante la misma cantidad de tiempo. Desde ahí, las buenas intenciones del film de Luis Nieto pretenden enfrentar los antiguos reproches de quienes alguna vez tomaron las armas con los inmediatos arrebatos de jóvenes ansiosos por hacerse de ellas. Pero sus intenciones, buenas o malas, apenas si alcanzan para ser intenciones. Hecha con pocos recursos económicos, actorales, técnicos e incluso cinematográficos, La estrella del sur es un boceto de historia que parece estallar entre las manos de quienes intentan darle forma, tan amateurs como los torpes adolescentes protoguerrilleros que describe la película. Y que finalmente sólo tiene para ofrecer a su joven sobreviviente una opción maníquea entre una bondad femenina y una maldad encarnada en billetes falsos y ganas de hacer la guerra.