ESPECTáCULOS
“El ‘Titanic’ y el ‘Bismarck’ están como congelados en el tiempo”
Un documental de Discovery echa luz sobre la tragedia del submarino alemán, a través de una expedición dirigida por James Cameron.
Por Mariano Blejman
La cámara control remoto muestra burbujas azules que se estampan contra una lente sumergida. Intenta descubrir cómo están, 62 años después, los restos del célebre submarino alemán que fue hundido por los británicos en mayo de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. El “Bismarck” fue un submarino que tuvo azarosas coincidencias con el “Titanic”: se hundió el mismo año que el transatlántico, también en su viaje inaugural, y fue un símbolo de una potencia. Ahora tiene, además, otras similitudes: James Cameron –quien llevó al cine la tragedia del “Titanic”– está usando su talento para narrar esta aventura con los mismos equipos que fueron construidos para Titanic. “Con este proyecto puedo trabajar el drama humano en el mismo lugar donde se desencadenaron los hechos. No debemos olvidar que cientos de jóvenes murieron allí y muchos otros enfrentando al ‘Bismarck’”, declara James Cameron. El documental se verá por Discovery Channel el domingo 16 de febrero, a las 21.
El trabajo enciende una polémica que –si no fuera por este documental– podría haber quedado oculta en el fondo del mar. ¿El hundimiento fue ocasionado por el ataque del acorazado inglés “HMS Dorsetshire”, o cuentan la verdad los sobrevivientes que dicen haber usado cargas de profundidad para acabar con su buque y robarles la victoria a los británicos? Los avejentados sobrevivientes están presentes, también, sentados frente a pequeños monitores que siguen las cámaras que andan entre los trastos oxidados del “Bismarck”: Walter Weintz, de 80 años, y Karl Kuhn, de 79, se emocionan y reconocen las partes derruidas. “El ‘Titanic’ y el ‘Bismarck’ se mantendrán ahí abajo durante cientos de años. Es como si estuviesen congelados en el tiempo. Si estos buques hubiesen sobrevivido estarían en algún muelle secándose al sol o partidos en trozos. Su acero reciclado formaría parte de otros barcos y no quedaría ni rastro de ellos”, cuenta Cameron.
Las cámaras habían sido diseñadas y fabricadas por Mike Cameron, hermano de James, para la multimillonaria inversión de Titanic. Se trata de dos robots, “Jake” y “Elwood” (como los Blues Brothers) que alcanzaron un costo de más de un millón de dólares y que Mike tardó tres años en dejar listos. Los robots resisten hasta 6060 metros bajo el nivel del mar y están capacitados para explorar el interior de un buque sin tener que rebobinar sus cables. Al quedar en desuso, Discovery le propuso a los hermanos utilizarlas de nuevo. Y les patrocinó la expedición en su totalidad. También participaron Holger Herwig y David Bercuson, quienes escribieron el libro La destrucción del Bismarck. Con este documental, Cameron dice haber reescrito la historia: “Pudimos observar detalles de la nave que los historiadores no habían tenido en cuenta, y descubrimos que los motivos del daño del timón no eran los mismos que habían determinado”, dice.
Se puede observar el interior del “Bismarck”, un submarino construido para dominar el Atlántico Norte, y que ahora se encuentra a 4781 metros bajo el nivel del mar. En febrero de 1939, violando leyes internacionales, Alemania había lanzado el buque de guerra con 50 mil toneladas, cuando supuestamente sólo se permitían 35 mil. Más del 40 por ciento del casco había sido construido con placas de metal blindado. Sus poderosos cañones habían hundido al “HMS Hood”, un orgullo de la flota británica, donde unas 1400 personas perdieron la vida. Entonces, temiendo el poder del “Bismarck”, la marina inglesa se dedicó a bombardearlo. En una de esas emboscadas acuáticas, el “Bismarck” fue incapacitado en su timón y perseguido por torpedos que destruyeron sus torres, demolieron su estructura e incendiaron sus puentes. Aun así, el buque se mantenía a flote. Pero sólo 115 de los 2000 tripulantes pudieron salvarse: las cámaras intentan saber qué quedó de ellos.