ESPECTáCULOS
El Atlas de un mundo que cambia con una velocidad sorprendente
El sociólogo Atilio Borón y el periodista Carlos Gabetta presentaron en sociedad “El Atlas de Le Monde”, un actualizado análisis, repleto de cuadros y estadísticas, de eso que suele llamarse realidad mundial.
Por Verónica Abdala
Un volumen impecable, ambicioso y políticamente jugado, de 196 páginas y 200 mapas originales, en el que trabajó durante cinco años un selecto equipo de especialistas en diversas áreas, es el resultado del proyecto que impulsó la revista francesa Le Monde Diplomatique, con el objetivo de contribuir al análisis del mundo contemporáneo. El Atlas de Le Monde, cuya versión en español fue presentada el martes por la noche en la Feria del libro por el director de El Dipló de Buenos Aires, Carlos Gabetta, y el sociólogo Atilio Borón (desde esta semana se vende a $25 en los kioscos de diarios y revistas), parece un una herramienta sumamente útil para conocer datos actualizados sobre las variables que determinan este presente de futuro incierto, que además aporta la mirada de numerosos expertos en política, economía, comercio internacional, historia, sociología y comunicaciones en su afán de refundar ciertos conceptos que a la luz de las transformaciones más recientes –desde la caída del Muro de Berlín hasta la guerra contra Irak– se revelan obsoletos para comprender la evolución de los procesos de cambio históricos.
Se trata, en rigor, de un Atlas temático, en el que se abordan cuestiones tan diversas y sustanciales al mundo actual como la distribución de la riqueza mundial en la actualidad, las claves del comercio internacional, los presupuestos que distintos países destinan cada año a inflar su poderío militar, el rol que le cabe a Europa en el escenario político y económico, los progresos de las mujeres en relación con sus derechos, la amenaza aún no erradicada del sida en continentes como Africa y la emergencia, el aprovechamiento desigual de los recursos naturales y la emergencia y creciente suficiencia de China en el marco de la apertura comercial, entre muchos otros.
“Esperamos que sea un arma útil a quienes se resisten a ser absorbidos por esta forma de globalización que se nos impone, la de los capitales mundiales, porque entendemos que ésta debería implicar también la democratización del progreso y los conocimientos científicos, culturales y técnicos. Quienes tuvimos alguna participación en la construcción y difusión de este documento creemos que el actual proceso de globalización, lejos de estar centrado en la democratización del bienestar humano, apunta exclusivamente a la expansión del capital”, definió Gabetta, actual director de Le Dipló, y ex director de El semanario, El periodista de Buenos Aires, y Cuatrosemanas, de Barcelona.
Borón (secretario ejecutivo de Flacso, profesor universitario en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y doctor en Filosofía recibido en Harvard), apuntó a su vez que considera el Atlas como una “obra notable”, y una importantísima contribución al trabajo de estudiantes, políticos, analistas, docentes y periodistas en la lucha contra la desigualdad. “Al abrir este libro tuve la extraordinaria sorpresa de toparme con un instrumento de análisis como hay pocos, que permite entender la oscura era que se avecina, bajo el predominio de la mayor superpotencia militar y política, Estados Unidos”, dijo. “Esta nueva fase histórica que se ha abierto con el atentado del 11 de septiembre y con la posterior invasión a Irak marca el inicio de una fase distinta a todas las anteriores, ya que nunca antes había habido una sola potencia que se arroga el derecho de estar a la cabeza de un mundo absolutamente injusto, desigual. Se viene un período confuso y dificultoso, del que surgirá sin duda un Nuevo Orden Mundial. París-Berlín-Moscú y Pekín se perfilan como las caras visibles de un nuevo eje con capacidad para oponerse a Estados Unidos.”
Gabetta coincidió con el diagnóstico de que se vienen años o acaso décadas “sombrías” y no se quedó atrás a la hora de transmitir su visión de época, y fue un poco más allá: “Marx se equivocó en sus predicciones políticas, pero las económicas tienen más vigencia que nunca: hoy comprobamos que la lógica capitalista lleva implícita la contradicción de que el sistema genera más de lo que puede absorber, consumir, y cada vez necesita de menos intervención humana, lo que produce altas tasas dedesocupación. En el fondo de la destrucción de Irak, y de todos los conflictos actuales, late la reconstrucción como posibilidad de reactivar el circuito de producción y ganancia a través del consumo y la ocupación”, precisó.
La lectura de este volumen, dirigido entre otros por Gilbert Achcar y Alain Gresh, y prologado por el director de Le Monde de Francia, Ignacio Ramonet –ver recuadro–, arroja algunos datos curiosos. Entre ellos: que la familia Wolton (propietaria de la cadena Wall Mart) tiene un patrimonio equivalente al PBI de Egipto, que Estados Unidos carga con la mayor deuda del mundo, aunque ésta le haga cosquillas, que la Argentina se ubica actualmente en el segundo lugar con más abonados al cable después de Estados Unidos, que India y China son los países con mayor producción cinematográfica –lo que grafica claramente la dominación cultural que ejerce en Occidente Estados Unidos, en el tercer puesto de la lista–, y que el llamado Tercer Mundo debe menos del 10 por ciento de la deuda financiera mundial. “Saber esto nos ayuda a tomar conciencia de la auténtica realidad en la que nos movemos”, puntualizó Borón. “Así que, a los que dicen que si no se paga la deuda nuestros países se hunden, habría que pedirles, como a los que justificaban la abusiva invasión a Irak en función de la posesión de peligrosas armas químicas y de destrucción masiva, que, por favor, nos ahorren más cuentos chinos.”