ESPECTáCULOS › PAGINA/12 PUBLICA MAÑANA EL VIDEO “48 HORAS EN BS. AS.”
Fidel, o la historia en vivo
Las escenas en la asunción de Kirchner, el discurso en la Facultad, las fotos desde la mesa en el Four Seasons, pero también sus visitas anteriores y un repaso por momentos cumbre de la Revolución, en un trabajo exclusivo para lectores de este diario.
Por Mariano Blejman
Fidel Castro llegó por tercera vez a la Argentina el 24 de mayo de 2003 para la asunción presidencial de Néstor Kirchner, y se fue en la madrugada del 27. Fueron 48 horas en Buenos Aires –ciudad que no pisaba desde 1959– que provocaron una especie de revolución local en la agenda compartida por otros presidentes latinoamericanos, entre ellos Lula da Silva de Brasil y Hugo Chávez de Venezuela. Sus primeras apariciones en el Congreso, en la Casa Rosada, sus ocurrencias en el hotel Four Seasons y el alboroto en un insólito acto en la Facultad de Derecho ante unas 30 mil personas (un encuentro originalmente previsto para 800) marcaron un momento histórico en la relación entre el Comandante cubano y el pueblo argentino, que las efemérides recordarán durante décadas. Un video realizado por Román Lejtman y Página/12, con locución de Lalo Mir, registra la intimidad de esos momentos que ya son historia. Pero, además, las palabras de Fidel son acompañadas por valiosas imágenes históricas que muestran a aquel joven revolucionario vestido de verde oliva, cuando años atrás parecía capaz de llevarse el mundo por delante. El trabajo se llama Fidel, 48 horas en Buenos Aires y saldrá a la calle con la edición de mañana, para aquellos que deseen conservar una memoria audiovisual de la histórica visita a mano en su videoteca.
En 1959, durante su primera gira como líder del gobierno de Cuba, Fidel Castro vino a visitar al presidente Arturo Frondizi. Las imágenes de “Sucesos Argentinos” lo muestran desafiante, con su barba oscura y un grupo de militantes que mostraban “su afecto al héroe de Sierra Maestra”, según el noticiario cinematográfico. Aquella visita se dio en un contexto diferente: la Revolución Cubana amenazaba con extenderse por América latina y a los militares argentinos la visita les cayó como un bombazo. El locutor de “Sucesos...” informa que el “público fervoroso pero ajeno a la misión de la prensa” había copado la reunión con Frondizi. La segunda vez que Fidel vino a este país fue en 1995, durante la cumbre de jefes de Estado que se realizó en Bariloche. Allí, Daniel Tognetti logró hacerle un largo reportaje “al paso” para el programa “Caiga quien caiga”, en esos tiempos transmitido por América.
La tercera vez llegó a Ezeiza y se trasladó raudamente al hotel Four Seasons, en la zona de Barrio Norte. En la puerta lo esperaba un grupo de piqueteros y militantes de partidos de izquierda. Hacía frío y llovía de a ratos, pero después de una hora de aguante los que esperaban se llevaron su premio: Fidel se asomó a una de las ventanas y saludó, ganándose una larga ovación. Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, se alojaría en el mismo hotel horas más tarde. Esa misma noche, Fidel tuvo una relajada cena con Miguel Bonasso, periodista de Página/12, para luego encontrarse con Chávez.
El video muestra cómo, el 25 de mayo, Fidel, Chávez y Lula viajaron en un mismo colectivo hacia el Congreso, donde el presidente interino Eduardo Duhalde se despedía de sus funciones. A las 14.30, cuando Fidel fue nombrado por el locutor oficial, la Cámara baja lo vivó. Antes, Fidel había pedido conocer el recinto. Los diarios comentaron que la escena del aplauso de los diputados argentinos tenía algo de realismo mágico. Además, el video rememora otro 25 de mayo de asunción, 30 años atrás, cuando el que tomaba el gobierno era Héctor Cámpora, después de 18 años de peronismo proscripto por distintos gobiernos. En aquel momento, cuenta la voz de Lalo Mir, “Fidel se quedó con las ganas”.
De vuelta al presente, al cubano se lo ve sentado, paradójicamente, junto a Alvaro Uribe, el presidente colombiano dispuesto a terminar con la guerrilla, en franca sintonía con el gobierno de Estados Unidos. El video muestra la jura de Néstor Kirchner, junto a su esposa Cristina Fernández. Lula y Chávez también fueron parte de la atracción sobre la escena, pero al lado de Fidel parecieron dedicados al perfil bajo. Sobre todo Lula, que no dio entrevistas a ningún medio. El lunes 26 de mayo fue el día más activo de Fidel en Buenos Aires. El video lo muestra, primero, en la Plaza San Martín junto a Aníbal Ibarra, quien no dudó en calificarlo como “uno de los hombres más respetados del mundo”, y luego en el Rosedal para homenajear a José Martí. “Me siento feliz, nunca hubiera pensado que al cabo de tanto tiempo podría volver”, se le escuchó decir ese día a Castro. Un día en el que también se refirió a los fusilamientos: “Coincidió con planes del enemigo para provocar una contienda entre Estados Unidos y Cuba”, opinó. Durante el mediodía, en el hotel Four Seasons, doscientos invitados esperaron los dichos de Fidel, que terminó subiéndose a una mesa para fotografiarlos a todos. Tognetti volvió a encontrarlo, ocho años después, y le pidió “un mensaje para los argentinos”, a lo que Fidel replicó: “¿Quieres ser el maestro de ceremonia? ¡Tú no sabes lo difícil que son los mensajes!”.
Pero la frutilla del postre vendría cerca de las 21, cuando al fin Fidel pudo hablar ante la concurrencia que, según el documental, rozó las 30 mil personas. La historia de esa concentración histórica había empezado cerca de las 18, cuando el auditorio de la Facultad de Derecho ya no pudo soportar más asistentes: las condiciones de seguridad hacían imposible el acto dentro de la sala. Entonces llegó el carismático canciller cubano Felipe Pérez Roque, quien dijo traer un mensaje de Fidel. En el video, Pérez Roque cuenta que “Fidel está listo para venir a hablar a este acto y no se va a ir sin hablar”. Pero el acto, explicó, debería hacerse del lado de afuera, donde la gente seguía llegando. Poco antes de las 21, “el Comandante estaba conmocionado y pronunció un discurso que quedará registrado en la historia moderna de este país”, relata Mir.
“Queridos hermanos estudiantes, trabajadores y, estoy por decir, compatriotas argentinos”, comenzó Fidel. Las escalinatas repletas habían cambiado profundamente de significado, dejando atrás escenas donde lo central solía ser un desfile de modelos. En este caso, el desfile de palabras lo hizo Fidel, casi sin moverse de su estrado improvisado ante decenas de periodistas, camarógrafos y fotógrafos. Y así, mientras Fidel habla de “aquellos que desean bombardear nuestro país”, el documental muestra el bombardeo de Bahía de los Cochinos el 17 de abril de 1961. Y mientras se refiere a “la tiranía nazifascista mundial” se ven imágenes de Playa Girón, el 19 de abril de 1961.
Cuando Fidel habla del Che, a pedido del público, aquel guerrillero eternamente joven, aparece fumando un habano. Mientras se refiere a Cuba como un “pueblo que jamás se rendirá”, se ven imágenes a color y blanco y negro de la entrada a La Habana de los “barbudos”, el 1º de enero de 1959. Después, habla de Menem sin nombrarlo: “Ustedes no saben el golpe colosal al neoliberalismo” que se dio en el país, y vienen a la pantalla las imágenes de Sierra Maestra durante 1958, cuando la revolución todavía no era definitivamente comunista.
Fidel volvió a Cuba la madrugada del 27 de mayo. Cerca del final del documento en VHS, Fidel vuelve a hablar siendo más joven. En contraste con su presente avejentado, se lo ve rozagante en aquellos primeros años, bromeando con el Che, envalentonado ante miles de compatriotas que levantaban armas en sus manos diciendo “no pueden perdonar, los imperialistas, que estemos aquí y hayamos hecho una revolución socialista en las narices de Estados Unidos”.