EL PAíS › LA CORTE SIGUE FUNCIONANDO EN MEDIO DE LA CRISIS
Los supremos afinan la lengua
Por Irina Hauser
En la Corte Suprema está todo el mundo empeñado en hacer como si no pasara nada. Mientras el presidente Néstor Kirchner anunciaba ayer el nuevo modo de selección de miembros del tribunal, los supremos reunidos en acuerdo ponían cara de piedra y un posible apartamiento de Julio Nazareno –que más de uno de sus pares da por obvio– ni se mencionaba. El riojano por adopción renovó su pulseada con Juan Carlos Maqueda, esta vez a través de un expediente en el que está en juego cómo se harán las elecciones en Santa Fe. Ambos presentaron proyectos contrapuestos. Fuera de su plenario, los ministros murmuran maldades los unos de los otros.
“Todo lo que tenga que ver con Nazareno ahora acá es tabú”, ironizaba un integrante de la Corte, un rato después del acuerdo que tuvo como único ausente a Adolfo Vázquez. Con el revuelo reciente y los retos a Nazareno por decir barbaridades en público, los ministros no quieren tocar hasta julio ningún tema sensible, como la redolarización. Lo que sí resolverían la semana próxima es una controversia por la aplicación de la ley de lemas en Santa Fe, que tendrá elecciones en septiembre. La urgencia se debe a que la inscripción de sublemas vence el miércoles.
Con un toque de astucia, Nazareno presentó un proyecto con el que podría recuperar algunos apoyos internos. Avalar parte de un reclamo del Partido Demócrata Progresista santafesino que cuestiona la ley de lemas y una modificación con la que el gobernador Carlos Reutemann apostó a evitar la unión de la oposición. Esa norma permite alianzas pero prohíbe que tengan sublemas. La propuesta del presidente de la Corte se inspira en el dictamen del procurador Nicolás Becerra, quien sostuvo que la ley de lemas debe seguir vigente pero su reforma es inconstitucional porque afecta al principio de igualdad ante la ley. Maqueda, el hombre que el ex presidente Eduardo Duhalde puso en la Corte, opuso resistencia alentando un fallo para que el tema sea resuelto en la provincia. Ese voto, según una versión, quedaría fuera de carrera.
Por más que consiga aliados transitorios con un fallo que al Gobierno no le haría mella, Nazareno está bastante solo en los hechos. En su propio entorno comentaban ayer, ante la multiplicación de cargos en su contra en la Cámara de Diputados, que “posiblemente intente resistir pero cuando se le acerque la noche se va”. Todavía, provocan en la mayoría automática menemista, está pendiente el fallo de redolarización para el 4 de julio. En la vereda contraria, donde reina una minoría no menos sistemática liderada por Maqueda y a la que se acoplan alternadamente Augusto Belluscio y Antonio Boggiano, insisten con que Nazareno “debería irse ya por una cuestión de ética”. Desde otros rincones responden con chimentos que acusan a Boggiano de estar “haciendo lobby” para sacar al ex banquero Francisco Trusso de la cárcel. “Hizo circular –relató un encumbrado funcionario de la Corte– una carta que le mandaron los obispos pidiéndole compasión.”