ESPECTáCULOS
El misterio del ganado mutilado o el show de las teorías trasnochadas
Un documental que Infinito emitirá mañana abre todos los interrogantes posibles para el famoso enigma, sin llegar a una respuesta.
Por Mariano Blejman
Ya lo confesó una vez a este diario Carlos “El Chango” Torres, el recordado camarógrafo de José De Zer que avistó OVNIs en el Uritorco: “el asunto está en saber confundirlo todo”. Tal vez por eso, ante el surgimiento del fenómeno de las vacas mutiladas, el documental “El misterio de las vacas mutiladas” realizado por Infinito, con investigación de Erna Acuña y guión de Guillermo Jardiuk, tira hipótesis en todas las direcciones posibles. ¿Se trata de visitantes de otros mundos? ¿Un experimento científico secreto? ¿Una conspiración con fines atemorizantes? ¿Causas naturales o bacterias desconocidas? ¿Rituales de sectas que practican el ocultismo? ¿O se trata de animales predadores, como dijo el Senasa? Estas preguntas, y otras, formula el documental que se verá mañana a las 21. Este año, el pánico se apoderó de los trabajadores rurales de las provincias de Buenos Aires y La Pampa: en poco tiempo, más de cien vacas aparecieron misteriosamente mutiladas. Alguien les había extraído la lengua, el recto, el intestino y los órganos reproductivos. Tenían cortes perfectos, cauterizados en la cabeza y el cuerpo. El debate incluyó a científicos, veterinarios y ganaderos que trataron de encontrar una explicación lógica. Pero no tardaron en aparecer las hipótesis sobre experimentos extraterrestres, chupacabras o prácticas esotéricas. Algunos opinan que incluso el FBI estaría implicado.
La noticia se hizo grande en los diarios, mientras el país caía en su mayor crisis económica y política. Entonces, buena parte de la prensa dedicaba sus portadas a la incógnita vacuna. “El misterio de las vacas mutiladas” de Infinito, sin embargo, usa el presente para explicar el fenómeno: esto sigue sucediendo, aunque más no sea al borde del apócrifo. Los testimonios vienen de Rubén Morales, psicólogo social que dice: “Aquí la vaca loca no existe, así que debe ser otra cosa”; Ricardo Urelis, policía rural de Uribuy que describe uno de los hallazgos, y Leopoldo Acosta, productor que desmiente la teoría del “ratón hocicudo”. Hablan periodistas, científicos y hasta operadores de páginas web, como la investigadora Andrea Simondini o un técnico del Senasa que dice lo que Infinito quiere: “Nos faltan elementos científicos”.
Para el mundo OVNI, el primer “avistaje” de vacas mutiladas sucedió en 1897, cuando Alexander Hamilton vio en Estados Unidos cómo querían llevarse una vaca “desde una nave”. Desde entonces, la ufología maneja la teoría del complot del FBI que oculta sus pruebas. Simondini, operadora web, camina en un campo de Entre Ríos para sostener su teoría de los OVNIs, aunque luego termine confesando que “también puede ser maniobrado por el hombre”. Otros aseguran: “Me dijeron que había extraterrestres”, “hubo una luz, pero yo no la vi”, “parece que había mucha radioactividad”. O declaraciones de peones que juran que “el animal murió instantáneamente con las patas juntitas: acá no se encontró rastros de pateadura”.
A la cita concurre Angel Tramontin, intendente de Ibicuy, donde hubo varios hallazgos. Uno de los dueños del campo que hacía dos días que no pasaba por ese lugar, según Tramontin, “suponía que la vaca había sido depositada allí por un pájaro grande”. Daniel Belloti, del Senasa, opina que “los avances salen cuando están recontraprobados”. La teoría OVNI relaciona la aparición de mutilaciones con luces extrañas. También se habla de falta de agua en tanques australianos o luces que aparecen –otra vez– en la ruta. Cada semana aparecen nuevos casos que ahondan el misterio y conmocionan a familias enteras de las provincias ganaderas.
Otro pueblo en el centro del misterio es Azul, “sede de un oscuro episodio científico deliberadamente oculto”. Silvia de Simondini, nótese el parecido de apellido con la operadora web, abona la teoría del experimento genético: cuenta que allí se inyectaron 10 animales vacunos, lo que llevó a una extraña mortandad en 1986. De Simondini asegura que en la gestión de una “importante funcionaria” desaparecieron los documentosde la caja fuerte del Ministerio de Salud y Acción Social. Para decepción del cientificismo, y para regodeo del mundo esotérico, “El misterio de las vacas mutiladas” ahonda en conclusiones inconclusas, paranoias improbables y confusas contradicciones. O sea, como recomendaba el Chango.