ESPECTáCULOS › “ESPLENDOR AMERICANO”, DE SHARI SPRINGER BERMAN Y ROBERT PULCINI
Mucho más que una simple historieta
A partir de la obra de un legendario autor de comics, un dúo de documentalistas neoyorquinos se pasa a la ficción y traza un retrato poético del personaje. Por su parte, Kill Bill 2 pierde algo del impacto pop de la primera parte y se inclina por un modelo de cine más narrativo.
Por Martín Pérez
Para ser un héroe de historieta no hace falta lucir una capa, tener superpoderes o una identidad secreta. Alcanza con aparecer en una historieta. Así de simple es la historia de Harvey Pekar, que desde hace veinticinco años es el protagonista de su propia historieta. En la que cuenta la vida cotidiana de un hombre común de una ciudad estadounidense cualquiera. Un tipo que no puede dejar de reflexionar sobre su vida, aun cuando ésta no sea demasiado diferente que la de los demás. Salvo, claro está, por ese cúmulo de reflexiones. Mucho antes de que el naturalismo urbano hubiese llegado al cine norteamericano, Harvey Pekar estaba escribiendo los guiones de su American Splendor, una revista que hizo historieta la vida cotidiana de un coleccionista obsesivo de discos y comic books como el propio Pekar.
Dibujada en un principio por el legendario Robert Crumb, American Splendor –una historieta que llegó a ganar un American Book Award– llega al cine de la mano de una pareja de documentalistas neoyorquinos: Shari Springer Berman y Robert Pulcini. Auténticos especialistas de personajes de culto, como el mexicano Esquivel o el falso príncipe Romanoff –sobre cuyas vidas escribieron sendos guiones que esperan luz verde en Hollywood–, Springer Berman y Pulcini explicaron que “lo que nos impulsó a hacer una película basada en los comics autobiográficos de un encargado del archivo del hospital de Cleveland fueron los momentos sencillos –a veces mundanos, otras veces poéticos pero siempre honestos– con los que retrata su mundo cotidiano”. Algo similar sucede con su película, que pasa por diferentes registros, pero se mantiene fiel a ese retrato mundano, poético y honesto de la vida de Pekar y los suyos.
Construida a partir de viñetas reflexivas que a veces son animadas y otras veces interpretadas por el sorprendente actor Paul Giamatti en el papel de Pekar –y otras veces comentadas por el propio Pekar–, Esplendor americano es en última instancia una historia de vida. “Una historia de la vida real”, como suele anunciar más de una película que tiene poco más que contar de la vida y del cine salvo semejante prólogo. La historia de Harvey Pekar es la de un oscuro trabajador que a través de la profundización de su hobby consigue dejar de ser un solitario, alcanzar cierto éxito e incluso superar una enfermedad terminal. Y todo eso sin traicionar su verdadera esencia. De ese heroico mundo cotidiano que existe más allá de las ocho horas de jornada laboral habla Harvey Pekar en su American Splendor, y de Harvey Pekar y su American Splendor hablan Springer Berman y Pulcini, que han realizado un admirable trabajo con una película que se inscribe junto a los trabajos de Terry Swigoff –el documental Crumb y Ghost World, su adaptación de la historieta de Daniel Clowes– entre lo mejor del comic alternativo estadounidense trasladado al cine. O lo mejor del comic alternativo estadounidense, a secas.
“Por más que compre y compre discos nunca estoy satisfecho: ¿seré un adicto?”, se puede leer en un globito que sale de la figura de HarveyPekar apenas comienza la película. De ese mundo solitario es que salen las reflexiones de un autor de historietas que apenas si puede dibujar palotes. Pero así es como escribe guiones que dibujarán otros, creando una historieta que será su contacto con el mundo. Tal como Pekar ha vivido su vida sin traicionarse, los autores de la adaptación cinematográfica de su obra no lo traicionan, y así es como a través de Esplendor americano se puede recorrer desde la esencia de su arte hasta sus polémicas en los medios de masas, principalmente con David Letterman, algo que supo hacerlo famoso hacia fines de los años ochenta. Ganadora en Sundance, Esplendor... es una película fascinante y encantadora, a pesar de que la obra de Pekar sea más bien existencialista y desesperanzada, un retrato honesto de la desolada vida urbana norteamericana. Un trabajo que por momentos es una historieta para leer, en otros momentos un dibujo animado, y también un documental; y que –finalmente– termina siendo el relato de la auténtica revancha de los Nerds, si es que se acepta que Harvey y los suyos son Nerds, outsiders que logran realizarse en la vida sin dejar de estar afuera de ese mundo al que se niegan a entrar. O simplemente no saben cómo hacerlo.