ESPECTáCULOS › PRIMER MEGACONCIERTO GLOBAL DEL SIGLO XXI

“Live 8”, millones de voces contra la pobreza mundial

Londres, Filadelfia y Berlín, entre otras ciudades, vibraron con las máximas estrellas de rock.

Por Anna PelegrI
Desde Londres

Diez horas de música en vivo de la mano de los mejores artistas de los últimos 30 años convirtieron ayer al emblemático Hyde Park de Londres en un evento para las páginas de la Historia y en un grito único contra la pobreza. El principal de los diez conciertos del “Live 8” reunió a 205.000 entusiastas, que apenas se movieron de su sitio durante el largo desfile de estrellas, ni aún cuando el artífice de los recitales, el irlandés Bob Geldof, les alertó de que el metro iba a cerrar en breve. Se quedaron hasta al final y presenciaron la reunión después de 24 años de Pink Floyd, el desparpajo de Robbie Williams, la voz dulce de Mariah Carey, el magnetismo de Bono o la timidez del futbolista David Beckham, igual de aplaudido con micrófono en mano, pese a que sólo dijo unas palabras.
No fue una sorpresa: Londres fue la única ciudad de las diez del “Live 8” en la que no lució el sol, pero la amenaza de lluvia no desalentó al público, heterogéneo, capaz de entonar tanto un éxito de actualidad, como Somewhere only we know, de Keane, como un clásico, como The Bitch is Back, de Sir Elton John. “Estas sí que son las Naciones Unidas”, declaró el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ante el ondeo de banderas de distintas nacionalidades. Todo apuntaba a presionar al G-8, que se reunirá a partir del próximo miércoles en Escocia. “Ocho hombres en una habitación” pueden cambiar el mundo y acabar con la extrema pobreza en Africa, advertía constantemente un eslogan electrónico sobre el escenario. Geldof buscó inyectar sus ideales en el público: “Lo que estamos haciendo no es en vano” y “la prueba es Birhan Woldu”. Woldu se convirtió en la imagen más emotiva del macroconcierto de “Live Aid” de 1985 contra el hambre en Etiopía: entonces, el mundo se estremeció al verla en los brazos de su niñera, quien confesó que al bebé sólo le quedaban 15 minutos de vida. La solidaridad la salvó. Hoy, esta etíope apareció en el escenario y arrancó la admiración y la ovación más sentida, así como el abrazo de Madonna, quien, vestida de blanco inmaculado, entonó su clásico Like a prayer. Otros aficionados, en tanto, se mostraban más escépticos respecto del poder de presión sobre los poderosos que puede tener este tipo de conciertos.
De todos modos, en Hyde Park nadie quiso hablar hoy de “caridad” sino de “justicia social”; no se pidió dinero sino “nombres”, nombres para presionar a los líderes del G-8 para que aumenten su ayuda a Africa, cancelen toda la deuda externa e impulsen el comercio justo. Al final del concierto, el contador en las pantallas mostraba la cifra de casi 30 millones de nombres que a través de celulares o Internet se habían sumado a la campaña. Muy claro lo dejó Sting al entonar el clásico Every breath you take, con la imagen de líderes como George W. Bush, Tony Blair o Jacques Chirac en la pantalla: “We’ll be watching you” (los estaremos vigilando). Por si Coldplay, Dido, REM, Annie Lennox o Travis, entre los 26 artistas que tocaron en Hyde Park, no le fueran suficientes al público, el “Live 8” permitió conectar con otras ciudades y, desde las pantallas gigantes, se pudo seguir a Bryan Adams, en Ontario, Bon Jovi, en Filadelfia, o Pet Shop Boys, en Moscú. Tras la rúbrica final, con McCartney y el Hey Jude de Los Beatles, un británico aseguraba exhausto: “Esto se lo contaremos a nuestro nietos”.

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Bono y McCartney, otro de los lujos que se vieron en Londres.(izquierda)
 
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