Sábado, 12 de abril de 2014 | Hoy
- Cipe Lincovsky (actriz y directora): “Toda su trayectoria era respetable: era de esos actores que hacían lo que tenían que hacer con todo el respeto. La última vez que lo vi fue hace cuatro años, nos encontramos en un restaurante y fue una alegría: era un actor que uno respeta, porque él respetaba lo que hacía”.
- Leonardo Sbaraglia (actor): “Significó muchas cosas para mí. Cuando tenía diez, once años, mi mamá me decía: ‘Mirá este actor’. El trabajaba muy pocas veces en TV, y lo vi en Hamlet o en un recital de poemas. Son esas cosas que uno empieza a verlo y hay algo de su lenguaje y de lo que hacía que se impregnó en muchísimas generaciones. En 1990 yo estaba haciendo una obra en el Payró y él se metía en todos lados a ver qué se estaba haciendo en teatro. Tuvimos una muy linda charla y quedamos en contacto, hasta que tuve la suerte de trabajar con él como director en En la soledad de los campos de algodón”.
- María Onetto (actriz): “Era alguien muy inspirador. Actué con él en Muerte de un viajante, de Arthur Miller. Yo interpretaba el papel de la esposa de Willy Loman. El pidió que yo lo hiciera: me vio en Montecristo y sin verme en teatro me eligió. Era una persona muy moderna en su forma de apreciar la actuación. Rechazaba lo que fuera enfático y recargado. Le gustaban las sutilezas, lo que más valoraba eran las miradas”.
- Tito Cossa (dramaturgo): “Es una mala noticia para la cultura. Fue un referente, un icono: si había que nombrar a un actor argentino uno lo nombraba a él. Era un hombre muy querible, tenía posiciones honestas y progresistas. Hizo sólo dos obras argentinas, una de Abelardo Castillo y una obra mía, De pies y manos, cuando comenzaba la democracia”.
- Estela de Carlotto (presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo): “Siempre fue muy afectuoso con nosotras y un agradecido, fue un grande. Para nosotras las Abuelas fue un compañero y un amigo muy solidario, y nos dedicó una función de la obra El rey Lear. Fue un hombre de bien descomunal, hay que recordarlo con alegría. Nos dio todo”.
- Joaquín Furriel (actor): “Estoy muy golpeado, pero a la vez tengo recuerdos muy lindos. Cuando hacíamos Final de partida, detrás de bambalinas yo tenía agujeritos que me habían hecho los técnicos para, cuando no estaba en el escenario, poder verlo bien a él. Era un actor extraordinario, orgulloso de nuestro país, de nuestra cultura. Todos los que trabajamos con Alfredo estuvimos muy conectados con él en esta última etapa, lo que también habla de cómo era él como persona”.
- Cristina Banegas (actriz y directora): “Tuve el honor de trabajar en Recordando con ira. Me eligió como actriz para ser su pareja. Yo era muy joven y fue la primera vez que tuve acceso a un papel protagónico. Hay mucho para aprender de su relación con la palabra, con el texto. Tenía mucha sabiduría de cómo pasar por el cuerpo un papel escrito. Conocía a fondo ese pasaje que va de la palabra al cuerpo y al espacio. Alfredo ha sido único como modelo de actor y hombre de la cultura de nuestro país”.
- Roberto Carnaghi (actor): “Fue un actor popular que hizo teatro del primer nivel con una gran responsabilidad y sentido ético. Respetó siempre a los compañeros. Un ser divertido, entrañable, maravilloso”.
- Ricardo Wullicher (cineasta): “Haber trabajado con Alfredo es haber trabajado con uno de los más grandes actores de la historia. Un privilegio que pudimos disfrutar algunos directores. Era un actor fuera de serie. Nilsson decía: ‘Los ojos y la cara de Alfredo siempre piden que la cámara se acerque a él’. Era tanta la capacidad de comunicar que tenía a través de sus ojos y de esa voz privilegiada que pedía que la cámara fuera casi siempre a primer plano. Atraía a la cámara”.
- Jorge Coscia (secretario de Cultura de la Nación): “Como funcionario y hombre de la cultura, despido con mucho pesar a un exquisito actor argentino: icono de la dramaturgia universal que, a su vez, fue un artista popular. Supo marcar un antes y un después con su talento y presencia”.
- Guillermo Francella (actor): “Fue un hermoso ser humano. Siento mucha tristeza. Yo iba seguido a verlo. Estuve hace siete días en la casa y ahí pude estar más cerca porque estaba conectado y con cierta lucidez”.
- Graciela Borges (actriz): “Se fue la parte más luminosa de mi vida”.
- Mirtha Legrand (conductora y actriz): “Estoy muy triste, se perdió a un número uno como persona y artista. Pasarán muchos años hasta que aparezca otro Alcón. Era un ser extraordinario, un compañero maravilloso. Un ser querible, divertido, simpático, talentoso, buena persona, honorable, honesto. Debutó conmigo en la película El amor nunca muere. Teníamos 50 años de amistad, toda una vida. Ya está en el cielo, descansando en paz”.
- Héctor Alterio (actor): “Es un ser humano insustituible. Hago todo lo posible para fijarlo en mi recuerdo porque fue una persona muy cercana para mí. Me siento impactado y totalmente tocado y dolido”.
- Javier Daulte (dramaturgo y director): “Alfredo era una persona muy divertida, una de las personas más generosas y humildes que conocí en este ámbito. Tuvo una vida hermosa e hizo lo que le gustaba”.
- Luis Brandoni (actor): “En la época que era estudiante del Conservatorio, él era una figura muy prominente. Tuvimos una muy buena relación. Cuando él no hacía teatro, iba a ver obras de otros actores. Eso nos daba un aliento enorme, tenía una gran humildad”.
- Antonio Gasalla (actor): “Alfredo nació para el escenario”.
- Susú Pecoraro (actriz): “El nos enseñaba con su ejemplo a transmitir emociones. Aprendí de él que en esta profesión se puede ser humilde”.
- Juan Palomino (actor): “Fue un referente fundamental en el teatro argentino, pero además un hombre con grandes convicciones, una conducta ética intachable y, sobre todo, un gran compañero y una gran persona. Uno de esos seres imprescindibles que, como Carlos Carella, forma parte de nuestro patrimonio artístico y cultural”.
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