Un trabajador rural de 39 años que estaba internado en una clínica de la ciudad de Oberá, Misiones, con síntomas de fiebre amarilla, falleció en las últimas horas del martes. La víctima, que se cree es el primer caso fatal en el país de esa enfermedad, vivía en San Vicente, un paraje del centro de la provincia. Esa zona selvática es un reservorio de la enfermedad. Mientras tanto, la hija del jornalero, una adolescente de 16 años, permanecía ayer internada en Oberá, con los mismos síntomas de su padre, aunque se encuentra fuera de peligro. Se trata de Lorenzo Rodríguez, quien realizaba tareas de desmonte cerca del Parque Provincial Piñalito, una zona señalada como “de riesgo”, puesto que allí murieron por fiebre amarilla varios monos carayá. Voceros del Ministerio de Salud de la Nación adelantaron a Página/12 que hoy se conocerá el resultado de un análisis a los órganos de la víctima, realizado por un instituto especializado en enfermedades virales para saber si se trató de una muerte por fiebre amarilla.

Elena Schwemberg, jefa de Epidemiología de la zona Centro de Misiones, confirmó que “el paciente murió anoche (por el martes) a las 20”, que aún están esperando “los resultados de los análisis para confirmar si era fiebre amarilla” y que “su pequeña hija sigue internada con los mismos síntomas, pero evoluciona bien y está fuera de peligro”. Además, la médica recordó que “el jornalero es originario de San Vicente, zona donde ya aparecieron algunos monos muertos por la fiebre amarilla”.

En tanto, el ministro de Salud Pública de Misiones, José Guccione, indicó en una conferencia de prensa que se enviaron muestras de sangre del hombre al Instituto Maiztegui, de Pergamino, en la provincia de Buenos Aires, dependiente de la cartera de Salud de la Nación, para determinar si la muerte fue por fiebre amarilla o leptospirosis –una enfermedad transmitida por ratas–, como indicaron laboratorios locales.

Además, Guccione confirmó que el paciente presentó síntomas febriles desde el 3 de marzo y signos de que se trató de “un cuadro que se complicó en los días siguientes con la afectación de hígado y riñones”. Al respecto, el subsecretario de Salud Pública misionera, Carlos Báez, precisó que el cuadro con el que ingresó a la clínica Integral de Oberá, “era de dolores musculares y fiebre, es decir síntomas muy parecidos al de la fiebre amarilla, pero luego se fue agravando con complicaciones multiorgánicas que no son propias de la enfermedad”. De confirmarse el diagnóstico de fiebre amarilla en las muestras de Rodríguez, se trataría del primer muerto debido a esa patología en el país.

El coordinador de la campaña contra esa epidemia en Paraguay, Antonio Arbo, reveló ayer que se confirmaron 23 casos en ese país, de los cuales siete fueron fatales. Arbo admitió que si la población no hubiera exigido la vacunación no se habrían conseguido las dosis aportadas por países y organizaciones internacionales.

Informe: Esteban Vera.