Al anunciar la llegada de la antorcha olímpica a Buenos Aires y describir el esquema de seguridad previsto para el acontecimiento, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, pidió “no mezclar lo deportivo con temas políticos”, frente a la amenaza de incidentes ante el paso de la antorcha rumbo a los Juegos Olímpicos de Beijing, como ya sucedió en Londres y París y se espera que ocurra hoy en San Francisco, en protesta por la situación de los derechos humanos en China. Para el recorrido de 13 kilómetros, entre la Costanera Sur y el Club Hípico, el viernes, se dispondrá una custodia de 1500 efectivos de la Prefectura en Puerto Madero y otros 1200 policías para el resto del tramo. La antorcha será transportada entre la Costanera Sur y el Club Hípico por unos 80 deportistas, con presencias y ausencias notables.

“Nosotros estamos a favor de los derechos humanos acá, en la China y en cualquier país, pero no hay que mezclar lo deportivo con lo político”, afirmó Macri, que llegó a la Jefatura de Gobierno después de ser presidente de Boca durante tres períodos. En cierto modo, coincidió con la opinión del presidente del Comité Olímpico argentino (COA), Julio Cassanello. El ex funcionario de la última dictadura militar había dicho el lunes en Beijing que “en la Argentina hay una total libertad de expresión, pero la duda está en qué medida se confunden las cosas. Cuando hay cuestiones ideológicas en el medio todo es más complicado”. La vicepresidente del COA, Alicia Morea, estuvo ayer junto a Macri en el lanzamiento.

“Ojalá esto sea una fiesta –dijo el jefe de Gobierno– y este recorrido sirva para que se conozca más de lo nuestro, especialmente en el mundo asiático.” La antorcha llega a Buenos Aires después de un acuerdo que el gobierno porteño selló el 19 de diciembre pasado con el Bocog, el Comité organizador chino de los Juegos de Beijing. “Estamos trabajando junto al gobierno nacional para garantizar la seguridad”, había señalado en la víspera Marcos Peña, secretario general del gobierno porteño. Se decidió el desplazamiento de unos 3000 empleados de la Jefatura y voluntarios para acordonar el recorrido de la antorcha.

Macri precisó que espera que Diego Maradona llegue a tiempo de México, donde se encuentra por cuestiones laborales, para que sea “el punto de partida” del evento. Si Maradona no puede asistir, será el doble medallista olímpico Carlos Espínola quien inicie el recorrido. Transportarán la antorcha, entre otros, Magdalena Aicega, Ubaldo Fillol, Juan Curuchet, Gabriel Batistuta, Manuel Contepomi, Nora Vega, Alberto Heguy, Pablo Chacón, Paola Suárez, Marcelo Alexandre y Gabriela Sabatini, quien cerrará la marcha. No fue invitado a participar, en lo que parece una increíble omisión, Osvaldo Suárez, uno de los mejores atletas argentinos de la historia, triple campeón del maratón paulista San Silvestre y al que la revolución de 1955 le impidió competir en los Juegos de Melbourne de 1956. Suárez enseña atletismo en el Cenard.