El cotidiano incendio invernal de los pobres –causado por precarios sistemas de calefacción en viviendas precarias– causó ayer la muerte de un nene de cinco años, en una villa de Flores; su hermanito, de tres, está internado con quemaduras graves. También se incendió una casilla en la villa de Retiro, en este caso sin víctimas.

El primer incendio se produjo a las 8 de la mañana de ayer en la villa 1.11.14, cerca del cruce entre avenida Riestra y Bonorino, Flores sur. Acudieron cinco dotaciones de bomberos, que rescataron a dos hermanitos, uno de cinco años y otro de tres.

El nene de cinco años murió en la ambulancia que lo llevaba al hospital Piñero, como resultado de las quemaduras y de una “intoxicación con monóxido de carbono”, según fuentes policiales.

El de tres años, recibió las primeras curaciones en el Piñero y fue derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde quedó internado “en grave estado”, según el parte médico.

Los chicos estaban solos en la casilla porque la madre había acompañado a la escuela a su hermano mayor, de 12 años.

Según las pericias de los bomberos, el fuego “pudo haber sido provocado por un brasero”.

Además, poco después del mediodía de ayer, en la Villa 31, de Retiro, una casilla fue destruida por un incendio, sin que se produjeran víctimas.

Cuatro dotaciones de bomberos acudieron para evitar que el fuego se propagara a otras viviendas. Una de ellas completó las tareas de extinción, pero, de todos modos, las llamas arrasaron por completo la casilla, ubicada en la manzana 6 de la villa de emergencia.

Las fuentes policiales precisaron que la casilla estaba desocupada porque los dueños estaban trabajando y sus dos hijos se hallaban en un jardín de infantes.

Los voceros señalaron que “en una villa de emergencia, ante el más mínimo foco de incendio hay que mandar varias dotaciones de bomberos, porque las casillas están hechas con materiales sumamente inflamables y separadas por pasillos muy estrechos”.