Lunes, 30 de junio de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › EL NAZI ALEJANDRO BIONDINI CONTRA LA DESPENALIZACIóN DE LA DROGA
El líder del frustrado partido neonazi concurrió en apoyo de José Granero, titular de la Sedronar y enfrentado con el proyecto de despenalización del gobierno nacional.A diez cuadras, el Pro de Macri también marchaba en contra, apoyado por Blumberg.
Por Emilio Ruchansky
El Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas tuvo, el jueves pasado, su recordatorio, fijado por las Naciones Unidas para el 26 de junio de cada año. Ese mismo día, el Día Internacional, tuvo en coincidencia dos marchas, no convocadas por organismo internacional alguno. En realidad, las marchas sólo se realizaron en Buenos Aires, organizadas contra el proyecto del Gobierno nacional para despenalizar el consumo. Una, la más ínfima de las dos, resultó un cinturón de plomo, incluso para la otra, que había sido organizada por el gobierno porteño (que adhirió rápidamente al Día Internacional empapelando la ciudad con afiches del tono “El Día de la Independencia”). Es que la convocatoria a la Marcha de los Diez (su número de participantes) tuvo como principal embanderado al sempiterno líder neonazi Alejandro Biondini.
“Desde que la ONU decretó esta fecha, la inmensa mayoría de los gobiernos de los países signatarios de las convenciones internacionales sobre estupefacientes la utilizaron para mostrar sus esfuerzos represivos en materia de control de drogas, haciendo públicas ejecuciones, detenciones e incautaciones de drogas, poniendo de manifiesto su alineación detrás de la política norteamericana de Guerra contra las Drogas”, recordó Ricardo Paveto, que preside la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA).
Como el gobierno nacional se desalineó de estas políticas, los prohibicionistas se han aferrado a la Secretaría para la Programación de la Prevención de la Drogadicción y de Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), fundada por el ex presidente Carlos Menem. Frente al edificio de esa secretaría, en Sarmiento al 500, una decena de manifestantes se juntaron para defender a su director, José Ramón Granero, que manifestó su desacuerdo con Aníbal Fernández. Pero la línea de Granero y sus diez manifestantes recibió un apoyo que probablemente diezme sus filas: entre ellos estaba Alejandro Biondini, conocido por su intento frustrado de fundar un partido filonazi, que llegó acompañado por seis skinheads.
“Vos estás a cargo, venimos a apoyarte”, le dijo Biondini a Claudio Izaguirre, de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, promotor de la manifestación. La idea de este militante prohibicionista era dirigirse hasta el Ministerio de Justicia donde fue detenido en estado de ebriedad hace algunas semanas, cuando desató un escándalo en el hall durante una reunión del Comité Científico Asesor en Control de Tráfico Ilícito de Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas y Criminalidad Compleja del ministro Aníbal Fernández.
Por este motivo, hubo un fuerte operativo de seguridad de la Policía Federal que bloqueó la marcha. “Me voy a quedar a vivir acá”, gritó Izaguirre. Quince minutos después volvió a su casa con el ataúd negro que transportaba en un carrito, al igual que el 26 de junio del año pasado.
A pocas cuadras, en la Plaza de Mayo, Juan Carlos Blumberg asistía a la manifestación organizada por la diputada del PRO Cinthia Hotton, bajo el lema: “A favor de los jóvenes y en contra de la despenalización”. Había casi 100 personas entre los envangelistas del Programa Vida y un puñado de ex adictos.
Ese mismo día, más temprano, la ONU presentó un informe para la ocasión donde destacó “los progresos” que tuvo esta política impulsada desde hace 10 años y mostró su preocupación por el crecimiento del consumo de drogas en los países en desarrollo, aunque en el escrito admitían no tener pruebas de esta afirmación. El informe salió de la Oficina contra las Drogas y el Delito, cuyo director, Antonio María Costa, responsabilizó a los talibán y a las FARC por la existencia del cultivo ilegal de opio y coca, respectivamente. “La lucha contra los estupefacientes y contra la insurrección ha de librarse simultáneamente”, sentenció Costa. Los datos referentes a la situación local provenían del Sedronar y eran del 2006. Señalaban que Argentina es el segundo mercado de cocaína de la región, después de Brasil. En el informe no se hacía hincapié en la situación de Estados Unidos, supuestamente “contenida”, aunque se trate del mercado más grande de consumidores de cocaína del mundo. Desde el Comité Asesor de Aníbal Fernández rescataron que más allá de estas afirmaciones, “por primera vez en la ONU mencionaron la importancia de la salud y el respeto por los derechos humanos en este tema”.
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