Un empresario argentino, miembro de una de las familias productoras de soja más poderosas del país, fue encontrado brutalmente asesinado ayer a la madrugada en un campo que manejaba en el departamento de Canindeyú, al norte de Paraguay, en la frontera con Brasil. Se trata de Esteban Andreoli, un ingeniero agrónomo de 28 años, oriundo del pueblo de Moquehuá, en el partido bonaerense de Chivilcoy, que fue encontrado degollado en su habitación, en su establecimiento. En el mismo hecho también fue asesinado un empleado de Andreoli, el ingeniero agrónomo Modesto Gamarra Jiménez, de nacionalidad paraguaya, quien fue hallado en la sala principal de la finca. El principal sospechoso del crimen es uno de los guardias del lugar, quien desapareció tras el hecho. El móvil del hecho habría sido el robo.

El fiscal Ramón Trinidad Zelaya, a cargo de la investigación, dijo que Andreoli presentaba “dos heridas profundas en el cuello que le provocaron la muerte y otras tres en la parte izquierda del tórax”. “Estaba boca arriba, maniatado y amordazado”, precisó. Gamarra Jiménez, quien también estaba amordazado, fue encontrado en la sala principal del predio boca abajo, con cortes de arma blanca “en el pecho y la espalda”. Los cuerpos no tenían orificios de bala ni signos de haber sido torturados, reveló el fiscal.

El principal sospechoso por el doble crimen es uno de los guardias del establecimiento, al que se identificó como Alfonso Ayala, quien desapareció al momento de cometerse los crímenes. Sobre él pesa una orden de captura, dictada por el fiscal, ya que está sospechado de ser “uno de los partícipes” del hecho. “Lo estamos buscando intensamente y presumimos que escapó al interior del país”, dijo el fiscal a la agencia DYN. En el crimen, agregó, habrían participado al menos tres personas, incluido el guardia.

Según Trinidad Zelaya, la principal sospecha sobre el móvil del episodio es el robo, ya que Andreoli había llegado el miércoles al establecimiento y planeaba reunirse con los empleados pues “aparentemente iba a ser día de pago”. Incluso el maletín que llevaba había sido abierto y revisado y también “habían sido abiertos y estaban desordenados los cajones de los muebles y estantes” de la habitación del empresario.

Los cadáveres fueron hallados por otro empleado del campo, el ingeniero agrónomo Edgar Ross, quien señaló al diario La Nación de Asunción que “aproximadamente a la 1 de la mañana me confirman que un guardia no estaba en su lugar de trabajo. Fui a mirar y encontramos solamente el chaleco y la linterna, que estaban tirados cerca de su caseta”.

“Para no molestar al patrón, decidimos esperar a que amanezca; pero luego al ingresar a la casa principal, encontramos los dos cuerpos tirados y amarrados”, manifestó.

Andreoli había llegado al campo poco antes del crimen para reunirse y pagarles a los empleados del establecimiento, una plantación de 2400 hectáreas de soja. “El administrador dijo que los empresarios se manejan con cheques, pero creemos que los ladrones pensaron que traía mucho dinero para pagar a los empleados, unos 15” trabajadores, señaló el fiscal.

El cuerpo de Andreoli fue entregado a sus familiares, que viajaron a Paraguay y comenzaron a realizar los trámites vía Cancillería para repatriar los restos. El empresario asesinado es miembro de una de las familias productoras de soja más importantes del país, oriunda de Chivilcoy, que maneja cientos de miles de hectáreas de ese cultivo. Tienen también establecimientos en Paraguay y Uruguay.