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Una sala de la Cámara Federal dictaminó que “el vago concepto de olfato policial” no basta para interceptar a un ciudadano, y dispuso el sobreseimiento de un joven que había sido detenido por mostrar una actitud sospechosa para los agentes. El fallo difiere de otro reciente, de una sala en lo criminal, que había dado por válida una presunción policial.

La Sala I de la Cámara Federal, integrada por Jorge Ballestero y Eduardo Farah, sobreseyó a un joven que había sido requisado y detenido por llevar una pequeña cantidad de una droga prohibida. La captura había sido efectuada el 9 de mayo por efectivos de la comisaría 36ª, cuando un joven “al percatarse de la presencia policial, cambió raudamente el sentido de su marcha”. Tal razón “no resulta suficiente”: hacen falta “elementos objetivos” para autorizar la requisa, ya que “las meras corazonadas, a veces incluidas en el vago concepto de ‘olfato policial’, que no superan el ámbito interno del funcionario, deben quedar al margen y no bastan para legitimar la conducta invasiva”, según el fallo.

El juez federal Marcelo Martínez Burgos había procesado al joven por “tenencia de estupefacientes para consumo personal” y el defensor oficial Juan Hermida había apelado con argumentos que fueron convalidados por la Cámara.

Hace pocos días, en cambio, los jueces Juan Cicciaro y Abel Bonorino, de la Cámara del Crimen, admitieron como “sospecha razonable” la de los policías que interceptaron a un motociclista cuando éste, al verlos, arrancó y pretendió irse. En este caso, el sujeto “se había tornado agresivo” y había extraído un arma de fuego.