Durante muchos años rigió el “paga Dios” al momento de abonar las multas de tránsito por las infracciones que cometen los automovilistas argentinos que veranean en Brasil. De hecho, ayer la policía caminera del país vecino admitió que se cancelan sólo cuatro de cien multas aplicadas a los turistas argentinos. Por este motivo, desde el lunes pasado en el estado de Río Grande do Sul se comenzó a detener a los vehículos extranjeros en busca de deudas de los últimos cinco años. “Los autos que no paguen serán retenidos y además de la multa el conductor tendrá que pagar por el remolque y por el uso del depósito de autos”, detalló al respecto Nilson Gomes, de la policía de Uruguayana, en el límite fronterizo entre Brasil y Uruguay.

“Se retuvieron 20 autos argentinos cuyos conductores pagaron las multas”, informó Jorge Biglione, cónsul argentino en Porto Alegre. La medida fue autorizada por el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Río Grande do Sul y es implementada por la Policía Rodoviaria Federal, aunque el cónsul aclaró que esta disposición “estaba en suspenso desde el 2006, pero siempre figuró en el código caminero de Brasil que se puede retener los autos con multas impagas”.

Las multas deben ser abonadas antes de salir de Brasil en la red bancaria local o en los puestos de control de dicha policía, situados a la salida de Porto Alegre (Puente del Guaíba) y en las ciudades fronterizas de Uruguayana, Sao Borja y Santana do Livramento. Caso contrario, explicó Biglione, “el auto queda retenido hasta que se paga la multa, pero la persona puede seguir viaje por otros medios”.

¿Pero qué pasa si el auto es detenido durante un fin de semana? Según un comunicado de la cancillería argentina “aún no se especificó un mecanismo para el cobro fuera de los horarios bancarios y días hábiles”. Por lo tanto, la recomendación oficial es tomar las debidas precauciones antes de viajar por si el vehículo tiene alguna infracción en Brasil. “Para eso, las autoridades brasileñas habilitaron una página de internet, www.detran.rs.gov.br, a través de la cual se pueden consultar, antes y después de ingresar al Brasil, la existencia de multas pendientes de pago y eventualmente, su importe”, detalló la cancillería.

“Ahora se está trabajando en la habilitación de puestos para que puedan ser pagadas las multas fuera del horario bancario, para que el auto no quede retenido”, aventuró ayer el cónsul Biglione. Además de los puestos de control, se puede abonar en el Banrisul, Banco de Brasil, Banco Bradesco y en las agencias de los correos. También se habilitó una línea gratuita que atiende de 8 a 20: 0-800-510-3311.

Los turistas argentinos que regresaban ayer de sus vacaciones tiraron la bronca y cuestionaron a las autoridades de ambos países. “No me parece bien que no hayan avisado antes de esta medida, ahora estoy retenido y me quieren cobrar multas atrasadas desde 2003”, dijo ayer Hugo, un argentino entrevistado por el canal de televisión SBT. Otro turista argentino dijo a esta emisora que estaba virtualmente atrapado en el país vecino. “Me están queriendo cobrar siete multas, por el valor de unos 1800 dólares, y no tengo cómo pagar tanto dinero”, explicó el conductor, que no quiso dar su nombre ante las cámaras.

Desde que se reformó el código de tránsito de Brasil, en 1998, las multas brasileñas son más elevadas que las argentinas. Van de los 65 dólares, para las faltas medianas, hasta casi 500 dólares cuando se trata de transgresiones gravísimas: no socorrer a una víctima de accidente en el que se está involucrado, conducir sin registro o con registro vencido, superar la velocidad máxima permitida en una ruta, transportar menores en asiento delantero, resistirse a la autoridad, marchar en moto sin casco o llevar acompañante sin casco.

Según los datos que maneja la policía caminera brasileña, los automovilistas extranjeros, en su mayoría argentinos, acumularon 14.000 multas de tránsito entre 2006 y 2008, principalmente por superar los límites de velocidad permitidos en las rutas del estado de Río Grande do Sul. La mala fama de los conductores argentinos ya había sido advertida a principios de 2000, cuando transitaban 250 mil vehículos extranjeros en época de vacaciones y las autoridades brasileñas comenzaron a preocuparse por los accidentes protagonizados principalmente por los micros argentinos.

“El sentimiento de impunidad colabora para aumentar el índice de infracciones”, dijo por entonces Roberto Vaz de Silva, al frente de la campaña vial Pare, que repartió entre los conductores un manual del Código de Tránsito brasileño, escrito en español, donde se les informaba sobre las leyes locales y las particularidades de los conductores brasileños. Hay señalizaciones distintas, por ejemplo. Si un brasileño que marcha con su vehículo delante hace señas con su guiño derecho, significa que habilita al que está detrás a pasarlo por la izquierda, algo exactamente opuesto a lo que ocurre en la Argentina.

Entre las infracciones más comunes cometidas por los automovilistas visitantes figuran, además del exceso de velocidad, el estacionamiento indebido (la franja peatonal, veredas, doble fila, túneles o puentes), la falta de equipamiento de seguridad en los vehículos, invadir la mano contraria, no respetar los semáforos, no usar cinturón de seguridad y sentar a niños en el asiento delantero.

Fueron esta variada gama de infracciones, sumadas a la viveza argentina de no abonar las multas, las que motivaron que los estados del sur brasileño que limitan con la Argentina armaran la base de datos que compromete a los deudores y aplicaran el artículo 119 del Código Brasileño de Tránsito, que les permite retener los autos de los morosos.