Jueves, 29 de enero de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › EL SUPUESTO HOMBRE CLAVE DEL SECUESTRO DE BERGARA RECHAZO LA ACUSACION Y RECUSO AL JUEZ
El ex policía José Pardini dijo que la llamada que le adjudican desde su celular sobre “la comida del chancho” no le pertenece porque no es su léxico. Se declaró inocente, dijo que aclaró dudas y recusó al juez Armella. Hoy vuelve a tribunales Jorge López.
Ni muy muy ni tan tan, el caso Bergara sigue moviéndose entre los meandros del secreto de sumario, sin que la información que surge de la causa ni la que surge de los hechos permita revelar si la investigación tiene bases sólidas o es un castillo de arena. Ayer ocurrió lo previsible, o sea, el ex bonaerense José Pardini se declaró inocente. Siempre por boca de su abogado, Gabriel Tartaruga, Pardini “clamó su inocencia, dio todas las explicaciones que había que dar, respondió todas las preguntas y aclaró todas las dudas que tenía que aclarar”. A Pardini lo acusan de haber participado en el secuestro y le apuntan como pruebas un Renault 9 gris de su propiedad que los investigadores sostienen que fue utilizado en el golpe, y dos llamados de la banda realizados desde celulares del ex policía. En uno de ellos quedó grabada una conversación en la que se pregunta por “la comida del chancho”. Pardini, o su abogado, dice que “no es el léxico que usa”. Por otro lado, el subteniente Jorge López, de El Pato, va a ampliar hoy su declaración con más detalles.
“Pardini respondió las preguntas y aclaró todas las dudas. Explicó lo que tenía que explicar, pero la causa sigue en secreto de sumario así que mucho más no se puede decir”, aseguró Tartaruga a los periodistas al salir de los Tribunales federales de Quilmes donde se realizó la indagatoria.
El juez Luis Armella y la fiscal Silvia Cavallo le preguntaron especialmente sobre las escuchas telefónicas que registraban una llamada preguntando respecto de la “comida del chancho”. Al parecer, la sospecha es que la llamada la realizó Pardini o alguien desde un celular de su propiedad. El acusado, también al parecer, sorteó la inquisitoria con una verónica curiosa: “Esa llamada no fue así. Esa frase no es propia suya”, dijo Tartaruga sin avanzar sobre el asunto.
Son dos las llamadas que desde la perspectiva acusatoria comprometen a Pardini. Pero, además, suman la convicción de que el Renault 9 gris de Pardini fue utilizado en el secuestro. Tartaruga indicó que el vehículo era de la remisería que Pardini tiene con su familia, lo que parece tornar absurda la justificación.
El acusado también negó que le perteneciera el celular que fue entregado en Chascomús a Gustavo Bergara, hermano del secuestrado, para darle las últimas indicaciones antes del pago del rescate.
Tartaruga además insistió en que “se enteró de que estaba prófugo por los medios”. El martes, una de sus hijas, Angela, sostuvo que su padre “es inocente”. “Los veinte días que dicen que estuvo prófugo estuvo en casa”, agregó la joven. Y para explicar el motivo por el que demoró tanto tiempo en presentarse dijo que se había enterado por los medios. “La policía allanó un miércoles a la mañana y mi padre recién volvió a la noche. Después no volvieron más.” La interpretación familiar muestra alguna elipsis o grieta, ya que no parece explicar por qué, habiendo regresado a su casa la noche siguiente al allanamiento, sostiene que se enteró por los medios. Especialmente, siendo ex policía, resulta difícil digerir que no comprenda el significado de una visita de ese tipo con orden judicial y demás.
Fuera de la indagatoria, y con la intención de modificar el escenario, Pardini presentó un pedido de recusación del juez Luis Armella por amenazas. Para que se entienda bien lo de las amenazas, en el prontuario de Pardini figuran varios hechos, algunos de ellos investigados por el propio Armella. En el entrevero de alguno de ellos, se profirieron amenazas contra Armella, que ordenó abrir una causa por amenazas contra Pardini. Ahora, basado en esa causa, el acusado intenta demostrar alguna falta de objetividad del juez. El propio Armella debe analizar ahora si acepta el pedido de recusación y se aleja de la causa Bergara, o si rechaza el pedido con lo que se abriría la puerta a una apelación y virtual paralización de la investigación.
Por otro lado, hoy se supone que ampliará su declaración el subteniente Jorge López. Dueño de la casa donde apareció maniatado Bergara, ya se declaró inocente y pretende avanzar en su línea de defensa, que sostiene que le están haciendo pagar el pato. Para ello, una de las argumentaciones es que cuando lo llamaron los investigadores, que ya sabían que estaba el secuestrado en su casa, no pudo abrir porque alguien había cambiado el candado, como también lo confirmaron unos albañiles que trabajaban en las reformas que hacía López en su casa. El subteniente de El Pato asegura que no fue él quien cambió el candado.
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