“Hoy te matan por el pancho y la Coca y nadie hace nada”, se lamentó ayer Marcelo Tinelli. También admitió que, además de comprenderla, en algo se parece a Susana Giménez porque “si me mataran a un ser querido también pediría la pena de muerte, y yo también estoy cansado de los derechos humanos a los presos”.

El animador y empresario subrayó lo que entiende como una situación de inseguridad que, en parte, se explica porque “los políticos parecen idiotas” y “los gobernantes están traicionando a la sociedad que los votó, mirando a otro lado”. La intensidad y extensión del fenómeno es tal que “la gente ya no sabe cómo vivir, ni siquiera nos podemos mudar porque ¿adónde vas a ir? Todo el país es inseguro”. Tinelli, además, se solidarizó con su colega de los concursos telefónicos, a quien definió como chivo expiatorio con un giro algo discriminatorio: “Cualquiera está discutiendo algo que dijo una mujer en vez de estar fijándose cómo terminar esta inseguridad”.

“Es lamentable salir a la calle, que los pibes tengan que ir por la calle diciendo ‘por esa calle no, por ese lado no, llamame al celular, no camines por esa zona, no te tomes ese bondi’. ¿Estamos todos locos? A todos nos aterroriza esto”, agregó antes de explicar que la gravedad tiene indicadores cotidianos: “Antes nos cuidábamos para que no nos roben, era ‘no vayas por ahí que afanan’, ahora es ‘no vayas por ahí que te dan seis tiros’. Lo que está pasando es lamentable”.

El anfitrión de “Bailando por un sueño” se mostró alarmado por lo que entiende como falta de responsabilidad: “Miramos el país como si fuera una película, nadie se hace cargo de nada. Yo no digo que hay que hacer la ley bruta pero algo hay que hacer”. Los hechos que lo alarman, indicó, encuentran su sustento en “la inacción”. “Y nos estamos acostumbrando a tres o cuatro muertes por día que aparecen en los medios y esas son solas las que aparecen. Hay decenas, cientos de muertes más. Acá nadie se hace responsable de las cosas.”

Sin embargo, Tinelli procuró señalar que no se trata de un asunto que se haya revelado repentinamente, “éste no es un problema de este gobierno, viene desde antes, pero ¿qué se hace por la seguridad? Absolutamente nada”. Esas opiniones, continuó, no empañan en nada la “excelente relación” que mantiene con la presidenta Cristina Fernández y Néstor Kirchner. Aun cuando no fuera así, agregó, “no tengo miedo a las represalias, porque ¿qué peor represalia que saber que pueden matarte a un hijo, a un familiar en cualquier momento? ¿Qué peor que saber que si no controlás tus movimientos te matan?”

“El derecho de vivir no es un derecho respetado”, concluyó, pero “lo peor es que el que mata no tiene castigo. Es lo mismo matar o no porque de todas maneras siempre terminan igual, libres. Esto es viva la pepa”. ¿Un sueño? “Me gustaría ver hechos reales: que si mañana hay un piquete en la calle y tengo que pasar porque se está muriendo mi tío, no me caguen a trompadas. Y no me gustaría que, una vez que me mataron un ser querido me justifiquen la libertad del asesino hablándome de derechos.”