Miércoles, 8 de abril de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › CONDENAN A UN EX BONAERENSE POR UN CASO DE GATILLO FáCIL
El ex cabo de la Bonaerense Fabricio Mazzuchelli fue condenado a 10 años de prisión por haber matado de cinco tiros a David Elías Vera Pinto, un adolescente de 16 años, el 7 de marzo de 2001. Ayer a la mañana, el tribunal Oral Criminal Nº 5 de San Isidro “descartó cualquier situación de legítima defensa en la actuación de Mazzuchelli” y la calificó de “homicidio simple, sin ninguna clase de atenuantes. Concluyó que David fue fusilado”, explicó el abogado del particular damnificado y miembro de la Correpi, Martín Alderete. Para su sorpresa, la sentencia se acercó mucho más a la solicitada en su alegato, en el que exigió la pena de 16 años de cárcel, que al pedido de la Fiscalía, que pidió condenar a cuatro años de prisión al ex cabo por “homicidio en exceso en legítima defensa”. Tanto el acusado como Omar Olivera, sobreseído por falta de pruebas, prestaban servicio en la comisaría 3º de Boulogne, epicentro de los “escuadrones de la muerte” con los que la Bonaerense eliminó a más de 60 adolescentes pobres.
Alderete consideró que la sentencia es “muy importante si se tiene en cuenta que, normalmente, la Justicia no es favorable a investigar a fondo los delitos cometidos por policías. La mayoría queda impune”. En ese sentido, señaló el pedido del fiscal Ricardo Juan como “un ejemplo que confirma la postura de algunos miembros del Estado que, aun cuando hay pruebas contundentes que demuestran la culpabilidad, plantean atenuantes sin sentido”.
Aunque, según remarcó Alderete, “sobraban” los elementos que evidenciaban su culpabilidad, el policía gozó de plena libertad hasta ayer a la tarde, cuando los jueces Ariel Introzzi Truglia, Raúl Neu y Marcelo García Helguera lo condenaron a 10 años de prisión y ordenaron su detención inmediata. Más suerte tuvo el sargento Omar Olivera, acusado en la misma causa, que quedó libre de culpa y cargo, ya que “la prueba surgida del debate no alcanzó para probar su participación en el hecho”, puntualizó Alderete.
La sentencia desencadenó gritos y quejas por parte de la familia del condenado, que compartió la sala donde se llevó a cabo la lectura con la familia de la víctima. Mirando al tribunal, la esposa de Mazzuchelli se desencajó: “Estos jueces son una mierda, están condenando a policías inocentes”. Luego, atacó a Norma Castro, mamá de David: “Hablá del juicio que le están haciendo al Estado para sacar guita por tu hijo. Delincuentes. Tu hijo bien muerto está”. Por su parte, Castro se declaró “feliz y satisfecha, sobre todo por la orden de detención inmediata. Hace ocho años que venimos peleando por limpiar la memoria de mi hijo. Que el tribunal haya concluido que fue fusilado, luego de un proceso donde hubo tantas cosas oscuras, es muy importante”, expresó.
El 7 de marzo de 2001, Mazzuchelli y Olivera patrullaban la zona de Villa Adelina, en el partido de San Isidro, cuando se cruzaron con un Volkswagen Gol en el que viajaban cuatro jóvenes, entre ellos David. Comenzaron a perseguir al auto luego de que los chicos desoyeran la voz de alto. La corrida terminó cuando el Gol y el patrullero se detuvieron en el barrio Santa Rita, en Boulogne, a una cuadra de la casa de departamentos donde vivía David. Fue el único de los cuatro integrantes que se quedó en el auto.
Lo que siguió luego fue visto por un hombre que vive donde estacionaron los vehículos, que se convirtió en el “verdugo” de Mazzuchelli, remarcó Alderete. “El testigo relató la secuencia que vio desde el patio de su casa con claridad: que el policía se acercó a la puerta del conductor del auto con un arma en la mano, que apuntó hacia el interior, que le dijo al chico que se encontraba con los brazos en alto como cubriéndose ‘ahora te mato, hijo de puta’, que el pibe le contestó ‘no podés hacer nada porque soy menor’, y que después vinieron los tiros”, detalló. Los otros nueve testigos que declararon, sumado al informe de la autopsia y al resultado de otras pericias, “confirmaron que (el ex cabo) actuó sobre seguro, que ni él ni nadie corrían riesgo al momento de disparar. Se trató de un homicidio a sangre fría y con saña, en el que se asesinó a un chico desarmado y acorralado”, argumentó Alderete.
Informe: Ailín Bullentini.
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