Miércoles, 8 de abril de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › SAN ISIDRO LEVANTA UN MURO PARA SEPARARSE DE UN BARRIO HUMILDE DE SAN FERNANDO
El intendente Gustavo Posse ordenó construir una pared en el límite de ambos partidos. Su argumento es que mejorará la seguridad de esa zona de su distrito. Ayer los operarios que levantaban el muro fueron echados por los vecinos.
“No es un muro”, insistió anoche vía telefónica el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, luego de que se difundieran las imágenes de un vallado con pies de cemento que separa dos zonas, una muy pobre de otra no tan pobre en el límite entre su distrito y San Fernando. Según el intendente, la medida es una de las tantas formas “de cierre” y fue dispuesta tras las reiteradas quejas de 33 frentistas del barrio Villa Jardín, “un barrio obrero propietario”. Del otro lado, hay un conjunto de fábricas y depósitos entre los que cuelan casillas humildes. Cuando los operarios comenzaron a instalar los bloques de cemento, los vecinos salieron a detenerlos. Al final huyeron abucheados, mientras se armaba una manifestación contra esta medida de seguridad. “Posse, la dictadura ya se acabó”, indicaba una pancarta colgada de las rejas.
“El municipio planifica en distintas zonas algunos cierres, físicos o virtuales, como para cortar los corredores a los delincuentes”, dijo Posse para justificarse. La obra comenzó a las 11 sobre la calle Uruguay, a metros de la ruta Panamericana. Según el intendente, iba a tener 250 metros de largo, aunque hubo versiones de que la separación sería de 4 a 7 cuadras. La pared mide tres metros, tiene una base de cemento autoportante (es decir, que no está amurada al piso) y rejas.
Según explicó el intendente, es una zona “muy difícil, donde vive gente trabajadora, seguro, pero el tema es que el 80 por ciento de los delincuentes que roban acá vienen de otras partes del conurbano y muchas veces usan las villas de emergencia como base de operaciones”. Al tener que rodear la pared, se dificulta la huida a los potenciales criminales, explicó Posse, y sostuvo que “los vecinos también denuncian que en esa zona les cobran peaje para trabajar o cuando pasan para tomar el colectivo”. Otra de las estrategias utilizadas por la administración de San Isidro son los montículos de cemento (en formas de macetas) que se ubican a los costados de la ruta “para impedir que los delincuentes accedan con facilidad a los caminos de cintura o a las autopistas, zonas de mucha exposición al delito”.
Entre las formas “de cierre” también está el patrullaje, “insuficiente” según el intendente, ya que su municipio no dispone de tantos coches como él desearía. También hay “un cierre virtual” a través de cámaras de acercamiento. “Estos cierres los hacemos en todos lados y nos llevaron muchos meses de consenso”, dijo Posse al defender su sistema de seguridad. Un sistema que les recomienda a otros intendentes que lo necesiten. Como la base de cemento de estos “cierres físicos” es desmontable, Posse prometió que “si mejora la situación se sacan”.
Anoche, varios legisladores opositores se acercaron a los manifestantes antivallado y los disuadieron luego de que se sumara la guardia de infantería. Desde la intendencia de San Fernando aseguraron que hoy se presentará un recurso de amparo porque se está impidiendo la libre circulación.
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