Viernes, 11 de septiembre de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › DEJO DE LLOVER EN SAN PEDRO Y COMIENZA LA RECONSTRUCCION
El gobierno provincial evaluó que fueron 10 mil las hectáreas productivas afectadas por el tornado. Los daños económicos del sector de producción para autoconsumo rondan los cinco millones de pesos. En total, las pérdidas llegan a unos 20 millones de pesos.
Por primera vez desde que, en la noche del lunes, se desató el tornado, ayer no llovió en Misiones. Bajo un cielo nublado, con bajas temperaturas, y el pronóstico de lluvias que posiblemente sigan hasta el fin del domingo, en la zona de San Pedro comenzaron los trabajos para reconstruir las casas abatidas durante el temporal. Hasta el cierre de esta edición, no se habían producido más víctimas mortales (11 desde que, en la noche del martes, muriera un hombre de 49 años) y habían descendido a 19 los internados, distribuidos en hospitales de Eldorado, San Pedro, Bernardo de Irigoyen y Posadas, aunque el estado de dos de ellos revestía gravedad.
También comenzó a disminuir la cantidad de evacuados (no serían más de 300, según indicaron a Página/12 fuentes de la gobernación provincial), en parte porque algunos de los sobrevivientes comenzaron a reubicarse, por su cuenta, en casas de amigos y familiares, y en parte porque en los parajes afectados comenzaron las tareas de reconstrucción. Las donaciones llegadas de todo el país ya han cubierto las necesidades más inmediatas, pero continúan requiriéndose elementos que permitan reconstruir y equipar hogares desde cero. Tras dos días de relevamiento, el Ministerio del Agro y la Producción estimó que han sido 10 mil las hectáreas productivas afectadas por el tornado y que los daños económicos del sector de producción para autoconsumo rondan los cinco millones de pesos, lo que, sumado a las pérdidas materiales, haría un total de daños de entre 15 y 20 millones de pesos.
“En los dos parajes (Santa Rosa y Tobuna) se techaron provisoriamente las viviendas a las que se les había volado el techo. Como es provisorio se utilizó una pequeña estructura de plástico, como para impedir que el agua ingresara. Esa estructura dura aproximadamente un mes, pero estimamos que antes de esa fecha se podrá realizar el techado definitivo”, explicaron voceros de la gobernación, al tiempo que cifraron en 51 los techados temporales realizados hasta la tarde de ayer. De acuerdo con los planes, en dos semanas esos techos serían reemplazados por planchas de zinc. Sin embargo, no todos los sobrevivientes del tornado desean regresar a la situación anterior. Algunos de ellos, narró el ministro de Gobierno provincial, Jorge Franco, “piden que se le construya la casa en otro lado, no ya en el lugar que ocupaban antes del tornado, debido al trauma psicológico que le produce ver cómo quedó el sitio donde vivían”.
Alrededor de 200 son las personas que han perdido todo, es decir, unas 40 familias que, por lo general, conformaban pequeños núcleos rurales de tres, cuatro casas en torno de una pequeña chacra, compartida por distintas generaciones. De allí que, ayer, durante un acto en la localidad de Santa Ana, el gobernador Maurice Closs prometiera que el trabajo inmediato es reponer lo que el tornado se llevó. “Vamos a recuperar también la economía familiar agrícola de cada una de estas familias”, aseguró. Las viviendas rurales, explicaron fuentes de la gobernación, “aquí siempre se hicieron de madera las casas y siempre duraron años, porque fenómenos como este tornado son inéditos”. Por ello para la reconstrucción de las viviendas destruidas se usará nuevamente madera, aunque ahora será la decomisada por haber sido obtenida en talas ilegales de monte nativo. Sin embargo, “ahora es necesario volver a plantear la construcción de las casas, para evaluar que las nuevas se realicen en material”, declararon a este diario en la gobernación de la provincia.
Unos cien damnificados permanecían ayer alojados en la escuela de frontera 613, de Tobuna, mientras que alrededor de 300 se refugiaron en casas de familiares y amigos. Orlando Wolfart, el intendente de San Pedro, refirió que “aunque lo que pasó fue gravísimo, se pudo rescatar y salvar a todos los heridos, porque si no hubiese sido más trágico. Hoy la situación está controlada”.
Las hectáreas dañadas constituyen cerca del 40 por ciento de la superficie productiva del nordeste de la provincia. Precisamente por las pérdidas mensuradas, y porque se trata de una zona de población dispersa y dedicada a actividades agropecuarias que tienen por objeto asegurar el sustento de cada grupo familiar, el Ministerio del Agro procurará “iniciar gestiones con la Secretaría de Agricultura de la Nación para financiar proyectos productivos que permitan apostar al autoconsumo, a la producción de los propios alimentos por parte de cada familia: instalar el gallinero, reconstruir el chiquero, volver a alambrar los potreros para las vacas”.
En la noche de ayer, las recorridas por las zonas afectadas ya habían terminado, aunque funcionarios como el ministro de Salud y el de Bienestar Social de la provincia continuaban en las zonas afectadas para coordinar los operativos de asistencia de ayuda social y salud. Si bien las necesidades más acuciantes en lo inmediato fueron paliadas, fuentes de la gobernación detallaron que son “elementos de cocina, vasos, platos, tazas, cacerolas”, todos los elementos que permitan armar una casa nuevamente lo que necesitan “las familias que perdieron todo”.
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