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Dos hermanas de 13 y 17 años confesaron ser las culpables de matar a su abuela a martillazos y luego arrojarla a un pozo, en complicidad con el joven que le siguió en suerte: el adolescente que fue cómplice de ese asesinato fue encontrado ayer muerto de un tiro en la cabeza en Chaco.

El episodio ocurrió a las 16.30 de ayer en la localidad chaqueña de Fontana, cerca de la capital provincial, donde la investigación policial aún no determinó si el chico que apareció fallecido se suicidó o fue muerto por las dos chicas.

La mujer, de 66 años, vivía sola en el barrio de Villa Allín, lugar hasta donde llegaron sus dos nietas el viernes último y, según las pesquisas, luego de una discusión la atacaron a martillazos y arrojaron el cadáver en un pozo de agua que se encuentra en la parte trasera del hogar.

Las hermanas se presentaron ayer en la comisaría para reconocerse culpables del asesinato, pero señalaron que del crimen también había participado un chico de 16 años, novio de la mayor de ellas, y que momentos antes de que se presentaran en la comisaría se había disparado en la cabeza en la misma casa de su abuela.

Tras la denuncia, la policía fue a la casa de la mujer, donde encontró primero el cuerpo del joven sobre la cama de una de las habitaciones y un revólver calibre 38 a su lado. Una fuente de la pesquisa explicó que por la posición en la que se encontró el arma no se puede afirmar que se haya tratado de un suicidio. Por tanto, se aguardan los resultados de las pruebas de parafina a las manos del chico.

La policía –que buscaba al joven desde el lunes, cuando sus padres denunciaron que se fugó de la casa– también encontró el cadáver de la mujer en el pozo de agua y el martillo supuestamente utilizado en el crimen bajo el ropero del dormitorio.

Tras los hallazgos, las dos hermanas quedaron aprehendidas por el homicidio de la abuela, mientras que el personal de la fiscalía penal de turno en Fontana caratuló el caso del chico fallecido como “muerte dudosa”.