Un Boeing 737 de la Ethiopian Airlines, con 90 personas a bordo, se estrelló durante la madrugada del lunes en el mar, a unos 5 kilómetros frente a la costa del Líbano, cinco minutos después de haber despegado del aeropuerto de Beirut. “El mal tiempo es evidentemente la causa del accidente”, se apresuró en asegurar el ministro libanés de Defensa, Elias Murr. El vuelo 409 de Ethiopian Airlines se precipitó a la 1.50 hora local (20.50 de Argentina). Los testigos dijeron haber visto una bola de fuego en el momento del choque con el mar. Al menos siete sobrevivientes fueron rescatados por los socorristas.

El ministro de Transportes Ghazi Aridi se mostró consternado mientras anunciaba que el avión cayó al agua apenas cuatro minutos después del despegue. De acuerdo con la información proporcionada por Aridi, en la aeronave viajaban 83 pasajeros –entre ellos 54 libaneses y 23 etíopes– y siete miembros de la tripulación. También había tres personas con doble nacionalidad británica, rusa y canadiense; una francesa, un británico, un iraquí, un sirio, un turco y una persona de nacionalidad hasta ahora sin determinar. La pasajera francesa fue identificada como Marla Sanchez Pietton, esposa del embajador de Francia en Beirut.

El avión cumplía la ruta hacia Addis Abeba, Etiopía, cuando desapareció de las pantallas de los radares poco después de la partida del aeropuerto internacional Rafik Hariri.

Según indicó un portavoz de la terminal aérea, el Boeing fue alcanzado por un rayo antes de precipitarse al mar. Entre tanto, en el aeropuerto Rafik Hariri se congregaban con preocupación los familiares de los pasajeros. El aparato se vino a pique a unas 2,5 millas náuticas de Nameh, que se encuentra al sur de Beirut.

Hasta anoche los rescatistas habían sacado del agua 25 cadáveres, mientras el oleaje llevaba los restos de maletas, metales y cuerpos hacia la playa.