SOCIEDAD › LEVANTAN UN BALNEARIO, COLONIA MARINA, ENTRE VILLA GESELL Y MAR DE LAS PAMPAS

Colonia nueva, médano viejo

A cuatro kilómetros del centro gesellino, Colonia Marina se extiende, por ahora, a lo largo de unas 25 cuadras. Ya están construyendo al menos un resort, y hay restaurantes y campings. El perfil pretendido es el de un lugar con baja densidad de población.

 Por Emilio Ruchansky

Desde Villa Gesell

Entre Villa Gesell y Mar de las Pampas se erigirá un nuevo pueblo llamado Colonia Marina, cuyos terrenos pertenecen, en su mayor parte, a amigos y herederos de Carlos Gesell. “Antes ésta era una zona complementaria, no urbana, pero ahora la gente quiere invertir”, explicó el secretario de Planificación, Luis Castellani, que guió a Página/12 por la zona. Las construcciones no podrán exceder los tres pisos y está previsto que los propietarios donen el 15 por ciento del terreno para espacios verdes y uso público, ya sea hospitales, escuelas o una comisaría. Las calles serán las más anchas del partido: 50 metros para la arteria paralela más cercana al mar y 33 para las perpendiculares.

De momento, en los dos kilómetros y medio de largo que tiene o tendrá Colonia Marina predomina la vegetación típica de suelos arenosos: arbustos, los pinos marítimos y las Acacias trinerius que el propio Gesell hizo traer desde Australia. Hay algunos restaurantes, cabañas, viveros y resorts –muchos de ellos permitidos, otros ilegales– que estaban asentados antes de que se sancionara la ordenanza. También hay campings, cuyos dueños no parecen interesados en subdividir, entre otros: Monte Bubi (de los hijos de Gesell), Casa Blanca y Doradas.

“A todos ellos les avisamos que si subdividen, el valor de la tierra aumenta diez veces, pero por ahora no están interesados en hacerlo”, comentó Castellani al mencionar la situación de los campings. En la puja de intereses aparecieron quienes buscaron acaparar los terrenos que dan al mar y hacer barrios cerrados, expresamente prohibidos en esta zona: “Los que están al oeste, es decir, más lejos del mar, pusieron el grito en el cielo: no hacen plata si les quitan el mar”, dijo el secretario de Planificación. Todas las playas de Colonia Marina van a ser públicas, más allá de que la provincia permite que empresas y particulares concesionen los balnearios.

Parcelas mínimas de este pueblo serán de 1200 metros cuadrados, las que están frente al mar serán de 3000. Los propietarios deben ceder 100 metros de playa, más 12 metros para que establezcan elementos relacionados: carpas, reposeras y sombrillas. Mientras tanto, el tendido de luz y de teléfono está siendo negociado por los dueños de las tierras con dos cooperativas que ya proveen estos servicios en Villa Gesell. Del tendido de agua potable se encargará el municipio. Sin estos requisitos, no pueden ponerse en marcha las subdivisiones. “El gas no es considerado como obra básica, pero estamos gestionando con Bagsa, la empresa que da el servicio en Gesell”, señaló Castellani.

Entre la superficie de la urbanización (en total son 960 hectáreas) se distingue uno de los megaproyectos, llamado Linda Bay, a metros del límite con Mar de las Pampas. Se trata de un complejo de casas de verano de 112 unidades, cuyo metro cuadrado cuesta alrededor de dos mil dólares, aclaró Marcela Urfeig, de la inmobiliaria a cargo de la construcción. “Lo interesante es que tanto el estudio de arquitectos como la constructora del proyecto son locales, eso es muy importante”, agregó la mujer, ante el beneplácito del funcionario.

Por ahora, sólo se ven pilotes de concreto, pisos elevados y una casilla de madera. Es el futuro bar y mirador del lugar que para Urfeig es el “emprendimiento más grande de la costa”, aunque Castellani sonría y lo niegue: “Hay otro proyecto de capitales españoles, que es inmenso”. En las manzanas linderas se encuentran en estudio varios resorts, que aún no se presentaron en la Municipalidad. Hay al menos cinco emprendimientos de magnitudes similares en trámite.

Sobre la playa ya está funcionando el balneario de Linda Bay y a lo lejos se divisa otro balneario que no tenía habilitación municipal. “Es gente que se mandó a armar carpas en su terreno pero sin consultar y ahora los estamos poniendo en vereda. Había mucha permisividad con este tipo de cosas y es algo que tratamos de corregir”, aseguró Castellani. El verde predomina entre los esqueletos de cemento y tanto el secretario de Planificación como la agente inmobiliaria aseguran que seguirá siendo prioridad para un pueblo donde, según se prevé, vivirán 58 mil habitantes.

“Se dice que este partido está sobre una lenteja de agua. Las primeras napas están a tres metros de profundidad, a veces menos. La arena actúa como filtro de agua de lluvia, por lo que es importante que no se superpueble este lugar porque podrían contaminarse las napas”, aclaró el funcionario. El impacto ambiental que podrían dejar los futuros pobladores en el bosque fue el punto de conflicto entre los legisladores radicales y algunos vecinos. Pero no fue el único.

“Esto no es Colonia Marina, esto es Villa Gesell, el nombre de Colonia Marina es de un mal gusto absoluto puesto por alguien de la Municipalidad. Nosotros formamos parte de la base que mi papá compró, loteó y forestó, que es Villa Gesell”, protestó Rosmarie Gesell, hija del fundador de este partido de la costa, quien discrepa, y mucho, con el intendente Jorge Rodríguez Erneta. “Mi papá y la gente de Gesell han luchado por años para darle a la ciudad un estilo propio, que esta gestión está destruyendo”, fue otro de sus comentarios.

En la playas de Colonia Marina se ven los chicos en cuatriciclos y familias en camionetas 4x4 que cuelgan una tela en la puerta del baúl a modo de carpa, salteando el ruido y la presencia humana bajan las gaviotas y golondrinas que, como señala Castellani, “acaban de llegar desde California”. Desde allí pueden verse los altos edificios que bordean las costas de Villa Gesell. Con la mirada perdida en la foresta, el funcionario dice que tal vez en 10 años este lugar se convierta en una zona de emprendimientos grandes, similares a Linda Bay. “A largo plazo se va a dar porque hay mucha plata en juego.”

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El complejo Linda Bay, con 112 unidades, cuyo metro cuadrado cuesta alrededor de dos mil dólares.
Imagen: Alejandro Elias
 
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