La tormenta que se abate sobre Washington y que se calcula dejará unos 60 centímetros de nieve en esa ciudad, dejó helado al propio presidente Barack Obama, quien evitó referirse en términos jocosos al frío pese a que en 2009 bromeó sobre una supuesta “falta de aguante” en esa capital cuando nieva. Oficinas gubernamentales y escuelas fueron cerradas ayer en Washington, horas antes de lo previsto, para permitir que los habitantes regresaran a sus hogares antes de que una gran tormenta de nieve se precipitara. Mientras tanto, el este de Estados Unidos se preparaba el viernes para la llegada de “snowmageddon” (armagedón de nieve), una gigantesca tormenta de nieve. En Vancouver se vivió otra realidad cuando el calor tomó por sorpresa a la ciudad, que a partir del próximo viernes será la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2010.