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En un nuevo caso de gatillo fácil que involucra a la policía de Mendoza, ayer fueron detenidos dos cabos de la comisaría del barrio Pueblo Diamante, en San Rafael. Uno de los uniformados es imputado por los delitos de “homicidio culposo y violación de los deberes de funcionario público” y el segundo por “encubrimiento agravado”. El cabo acusado de homicidio culposo mató a un joven de 16 años de un disparo en la nuca, al parecer durante un forcejeo con el arma, luego de una persecución. El hecho ocurrió el fin de semana pasado, cuando los dos policías trataban de detener a dos jóvenes que, al parecer, habían realizado disparos intimidatorios contra una persona, tras lo cual escaparon en una moto.

Al comienzo, la causa había sido caratulada como “averiguación de homicidio en legítima defensa y en cumplimiento del deber”, pero ayer se produjo un cambio en la calificación decidido por el juez de instrucción número dos, Pablo Peñasco. El caso que se investiga ocurrió en la madrugada del domingo, cuando el adolescente de 16 años murió de un balazo en la nuca, mientras otro joven, Diego Martínez, de 19 años, fue detenido. La información policial afirma que los dos chicos estaban armados y cuando participaban de una fiesta habían realizado disparos intimidatorios contra un hombre que los había conminado a que bajaran el volumen de la música.

Vecinos de Pueblo Diamante habrían confirmado que los chicos hicieron los disparos y que luego escaparon en una moto. Los dos policías los persiguieron a bordo de un móvil. Los dos chicos tuvieron un accidente y se cayeron de la moto, motivo por el cual siguieron el escape a pie. Los policías hicieron lo mismo y como los dos jóvenes tomaron distintos rumbos, ellos también se separaron para perseguirlos.

Voceros del Ministerio de Seguridad dijeron que la muerte del muchacho se produjo cuando el cabo que lo seguía trató de apresarlo y “en el forcejeo se le disparó el arma reglamentaria”. Los dos cabos, cuyos nombres fueron mantenidos en reserva, pertenecían a los Cuerpos Especiales de la zona sur provincial. Se dijo que el adolescente fallecido tenía en su poder una pistola calibre 22 y que un revólver calibre 38 fue hallado cerca de la casa donde se produjo el incidente por la música.

El juez Peñasco duda sobre “si existió legítima defensa, homicidio culposo u otros hechos más graves”, tal como declaró ante la prensa.