En Comodoro Rivadavia, la otra adolescente embarazada tras haber sido violada por su padrastro sigue esperando que la Justicia le permita interrumpir la gestación, como acaba de ocurrir con el caso de A. G. que lo precedió. A fines de la semana pasada, con la designación de representantes legales para todas las partes, los tiempos de la causa a cargo de la jueza Diana de Kazakevich comenzaron a acelerarse. En los últimos días de la semana pasada, María (el nombre es de fantasía) debió contar más de una vez la historia de abusos sexuales a que la sometió su padrastro desde pequeña, y como resultas de lo cual a principios de febrero su madre, Matilda, lo denunció por violación.

La adolescente ya ha narrado lo sucedido al hacer la denuncia penal por violación, ante la Defensoría pública para solicitar la interrupción del embarazo, ante integrantes del cuerpo médico forense. “Cada vez que ve a alguien, tiene que contar lo que le pasó”, señalaron a este diario fuentes cercanas a la familia de la chica, en clara referencia a que en lugar de resguardar a la víctima, tal como suelen recomendar Unicef y expertos en el abordaje de casos de abuso sexual, se la expone una y otra vez. “Ella está triste. Cuando salió del cuerpo médico se largó a llorar, la está pasando muy mal. A las 10 de la mañana le dicen que tiene que estar en un lado, a las 10 y media en otro, a las 11 en otro, un día acá, otro día allá... es un desquicio para ella también”, contó alguien cercano a la chica.

Esa revictimización a la que, con cada pedido de relato, la somete la intervención del Estado en procura de establecer los sucesos que llevan a la joven a solicitar la interrupción de su embarazo, volvió a tener lugar ayer. Tal como sucedió hace más de un mes con A. G., María concurrió al Hospital Regional de Comodoro Rivadavia: el Comité de Bioética, que rechazó conceder el derecho ahora avalado por el Supremo Tribunal provincial, la llamó para escucharla a fin de realizar su informe. Los nombres de quienes integrarán la junta no fueron informados, pero fuentes judiciales de Comodoro Rivadavia dan por poco probable que no sean los profesionales que se manifestaron en contra del aborto para A. G.

Según pudo saber este diario, la defensora pública que lleva adelante el caso de María pidió reconsiderar la medida de recurrir a ese Comité de Bioética. La jueza Kazakevich habría desestimado los reparos presentados, argumentando que se trata claramente de casos diferentes, y sin tomar el cuenta el dictamen emitido en ocasión de A. G.

Se espera que hoy por la mañana el Comité presente su informe al tribunal, así como los médicos de parte propuestos por la familia de María, para proceder luego al alegato de prueba. Luego de ese paso, la jueza tendría todos los elementos necesarios para poder dictar una sentencia.

–¿La sentencia del Superior Tribunal en el caso A. G. podría influir en la decisión que se tome con el pedido de María? –preguntó este diario a la defensora pública Andrea Calleri, responsable de su defensa.

–Aunque no sé qué va a pasar, imagino que la sentencia debería influir. Y sería posible que el caso de A. G. estuviera sentando precedentes.

María tiene 15 años; su padrastro la violó luego de haberla sometido a abusos sexuales desde pequeña. El silencio que guardó por vergüenza de revelar la violación hizo que el embarazo fuera descubierto recién a las 16 semanas de gestación. Luego de días de silencio, reveló a su madre quién la había violado.