Sábado, 20 de marzo de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › ACRIBILLAN EN ROSARIO A UN EX JEFE DE LA BARRA BRAVA DE NEWELL’S
Roberto “Pimpi” Camino recibió cinco balazos en la puerta de un bar. El nuevo asesinato de un barrabrava no tendría vinculación con el mundo del fútbol. El juez del caso investiga los vínculos de la víctima con autoridades policiales.
En menos de dos meses, Rosario vuelve a ser escenario de un asesinato vinculado con barrabravas. El ex jefe de la barra de Newell’s Old Boys Roberto “Pimpi” Camino fue acribillado ayer de cinco balazos en la puerta de un bar de la ciudad rosarina. Luego, fue llevado inconsciente a la guardia de un hospital por cuatro hombres que ingresaron violentamente y se retiraron sin ser identificados, según informó el personal del centro de salud. Aparentemente, el Pimpi había fallecido antes de llegar al hospital y las tareas de resucitación no fueron exitosas. Por el hecho, la policía demoró a dos sospechosos, entre ellos el gerenciador del bar Ezeiza, donde fue cometido el ataque. Ese hombre detenido era “una persona de confianza” del barra, según informó el abogado de la víctima, Carlos Varela, que señaló que la muerte de Camino se debió a “una emboscada, una trampa que le han tendido”. La Justicia investiga los vínculos de Camino con autoridades policiales.
Cerca de las 6, uno de los ex líderes más famosos y polémicos de la hinchada de Newell’s, Pimpi, de 37 años, fue llevado inconsciente al Hospital Carrasco, ubicado en Avellaneda, en Rosario, por cuatro hombres que irrumpieron violentamente la guardia, dejaron a Camino en manos de los médicos y se retiraron sin dar ninguna señal. Sin embargo, no pasaron inadvertidos, ya que durante el ingreso mantuvieron algunos enfrentamientos corporales con la policía y personal del hospital.
El ex barra fue atacado durante la madrugada de ayer en la puerta del bar Ezeiza, en la calle Servando Bayo, según fuentes de la pesquisa. No había arribado solo al lugar sino acompañado de algunas personas. Pero en un momento se retiró a la vereda y allí recibió al menos cinco balazos. Pimpi cayó al suelo y fue introducido en un auto BMW gris y llevado al hospital por cuatro hombres. El paciente “ingresa con múltiples heridas de arma de fuego y se lo atiende de manera rápida, luego, a los 45 minutos, llega otra persona que identifica al herido como Roberto Camino”, explicó la jefa de guardia del Carrasco, Irma Vargas. Además, aclaró que los balazos que se pudieron identificar estaban en el tórax y muslos. En ese momento, no pudieron esclarecer si el sangrado en la zona del cráneo era producto de otro disparo, lo que deberá ser certificado por los forenses. Las tareas de reanimación no dieron buenos resultados.
Para el letrado, el ex líder de la barra brava fue víctima de una “emboscada” y reveló que justamente su cliente le había dicho que había personas –a las que creía policías de civil– que lo seguían. Algo similar sostuvo el hermano del ex barrabrava, Alberto “Tito” Camino, que dijo que a Pimpi lo estaban siguiendo, aunque ignora por qué y quiénes. “Mi hermano me decía que me cuide. Ayer –por el jueves– estuve con él a la tarde y me dijo que lo habían seguido un par de autos”, aseguró Tito. Por su parte, la hermana de la víctima, Rosa Camino, también hizo declaraciones: “Todos sabemos que mi hermano no era una carmelita descalza, pero lo trataban como un asesino y homicida.” Según la mujer, siempre lo culpaban de todo porque “lo tenían como un negro mugriento”.
Pimpi tenía una gran trascendencia pública a raíz de su vínculo estrecho con la barra de Newell’s. “El manejaba la hinchada del club hasta que la comisión directiva perdió las elecciones en 2008, a consecuencia de ello no podía ir más a la cancha”, comunicó Varela.
“Cuando era el líder de la hinchada gozaba de complicidad policial”, afirmó a Página/12 una fuente cercana al caso. “Cuando hay un cambio en la dirigencia del club, pierde el liderazgo de la barra. A partir de ahí, entra en un retroceso porque pierde influencia y deja de tener ingresos”, relató la fuente. En enero de 2009 es condenado a tres años de prisión y se lo priva de ingresar al estadio por cuatro años, por el intento de tomar por asalto las instalaciones del club. Pero en diciembre de 2009 se le otorga la libertad condicional. Por otra parte, afirmó la fuente, no se hacía efectivo el punto que indicaba que cada vez de que jugara su equipo debía hacerse presente en la comisaría asignada.
El abogado señaló que “estaba casado y tenía cinco hijos. El no iba a la cancha desde el 14 de diciembre de 2008 y no tenía vínculo con nadie del club”. Además, descartó que el homicidio estuviera relacionado con otros crímenes de barrabravas cometidos en el último mes y medio. Es que es el tercer asesinato vinculado con la hinchada de los dos clubes más importantes de Rosario: Newell’s y Rosario Central. Uno corresponde al asesinato de Walter Cáceres, el pasado 4 de febrero, cuando el micro en el que se transportaba luego de un partido con Huracán fue emboscado y atacado. El otro sucedió hace nueve días cuando el hijo de un ex jefe de la barrabrava de Central, Juan “El Chaperito” Bustos, fue acribillado en la puerta de su casa.
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