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Ni siquiera tenían claro que estaban secuestrando a la hija de “El Jovato”, “El ingeniero” o “El Exquisito”, apodos con que se conoció al más duro de los miembros de la Triple A, secuestrador experto y renombrado: Aníbal Gordon. Lo supieron ayer, después de que una brigada de la policía de San Isidro llegara a la pieza de Virreyes donde pasaban los días entre cerveza y televisión. Después de una pesquisa de la División Departamental de Investigaciones (DDI), tres jóvenes fueron detenidos acusados no sólo de haber secuestrado a Adriana Gordon sino también a dos hermanos a los que habían conseguido sacarles diez mil dólares por el rescate. A la hija del capo anticomunista que se destacó como represor en el centro clandestino de detención Automotores Orletti lograron quitarle otros 55 mil pesos y 726 dólares.
La supuesta banda de secuestradores se dedicó al rubro durante los últimos meses y la semana pasada apuntaron hacia Adriana Beatriz Gordon. La encerraron con dos autos en Martínez y luego negociaron con la familia del que fue padrino de la Alianza Anticomunista Argentina: para la liberación de la mujer pagaron 55.300 pesos y 726 dólares. Fuentes policiales le dijeron a Página/12 que existen “elementos suficientes” que comprometen a los tres jóvenes en los dos secuestros. De hecho, llamaron la atención de un móvil del Comando de Patrullas cuando, como si nada, iban en un Peugeot 405 presuntamente usado para “levantar” a sus víctimas.
Para los hombres de la DDI está claro que Adriana Gordon estuvo cautiva en un departamento del barrio Ejército de Los Andes, conocido como Fuerte Apache. La mujer es la hija de Aníbal Gordon, el agente de inteligencia y torturador de la última dictadura, que desde comienzos de los 70 descolló como hombre operativo de la Triple A y luego como jefe de los grupos de tareas que secuestraban y desaparecían personas. Gordon también secuestró al ex dirigente nacionalista Guillermo Patricio Kelly. Y murió de un cáncer de pulmón a los 55 años en setiembre de 1987 cuando estaba preso pagando una condena por secuestro extorsivo.
Ayer, en las torres y los módulos del complejo popular de Ciudadela, el clima era el que se vive cuando la Bonaerense monta los operativos de seguridad en los que despliega la pompa y la fuerza de la Infantería para entrar en los recodos donde temen a las balas de los francotiradores. Un grupo de investigadores de la DDI encabezaba otros allanamientos buscando las ramificaciones de la banda que tendría más de una base de operación el barrio. En principio, esta banda no parece ser de las más poderosas dedicadas al específico crimen de raptar y extorsionar. “Se trataría de dos grupos que tienen cierta estructura pero no cuentan con el despliegue de otras que suelen tener varias células y trabajar con por lo menos una buena cantidad de autos a los que van descartando”, le dijo una fuente policial a este diario.
Sergio Roldán, de 22 años; Sandro Barrientos, de 19, y Fernando Quinteros, de 21, son los temerarios que la emprendieron por pura ignorancia contra la hija del famoso e inefable Gordon. Ahora están en una situación complicada. El juez federal de San Isidro Conrado Bergesio los investiga por el secuestro de la Gordon y el de Néstor Díaz y Dante Peralta, a cuyas familias la banda habría cobrado diez mil dólares para liberarlos. No serían los únicos casos: Bergesio “continúa con las investigaciones tendientes a establecer si los detenidos participaron en otros hechos similares”, aseguró ayer la policía.