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“¡Nein!¡Nein!¡Kleine, nehmst deine hände von da ab!” (“Nene, sacá la mano de ahí”), reprendió enojada la abuela a su nieto. El chiquito recogió su antebrazo, retiró sus deditos del condón y se sonrojó, mientras el párroco sin inmutarse siguió en campaña repartiendo profilácticos con la recomendación “Olvidar es contagioso. Protege a tu prójimo como a ti mismo”. La abuela no fue la única que reaccionó en forma encolerizada. En Suiza, se desató una verdadera polémica que desbordó lo cantonal hasta más allá de las fronteras nacionales: la Iglesia Católica de Lucerna había decidido romper con las recomendaciones del Vaticano y aplicar consignas más efectivas en relación con la protección contra el sida: despachó varias combis con las que recorrió las calles de Lucerna repartiendo condones, promovió la visita turística a las parroquias, donde los párrocos se encargaron de distribuir los paquetitos con la leyenda de campaña, en la estación de tren, allí donde una oveja de la grey estuviera dando vueltas.

La idea de la distribución de los adminículos de látex surgió del vocero de la Iglesia Católica de Lucerna, Florian Flohr, quien sostuvo que “el preservativo no es un remedio milagroso en la prevención contra el sida, pero es una posibilidad entre otras. Aquel que no lo mencione cuando se aborda el tema del sida (se refería al entablar una relación entre personas, una de las cuales fuera portadora), actúa contra la ética”.

La campaña se inició ayer con notable éxito. Tan sólo en la estación de tren de Lucerna, los párrocos contabilizaron la entrega de tres mil profilácticos. Y, además, las visitas organizadas a las parroquias debieron prepararse con inscripción previa, dada la súbita afluencia de interesados, decenas y decenas de estudiantes de secundaria interesadísimos en visitar si no por primera vez, sí por propia voluntad la parroquia del barrio.

Pero no todo fue festejo. El Vaticano descarta y rechaza el reparto de condones además de tomar otras prohibiciones en materia de sexualidad. Y el obispado del cantón de Bale, de donde depende Lucerna, anunció su intención de analizar en qué consiste tan osada campaña. Pero los promotores de Lucerna están dispuestos a defender su campaña e ir por más. La programación continuará hoy y mañana. Si bien el obispado de Bale no condenó abiertamente la iniciativa, el del cantón de Coire y la organización antiabortista Human Life ya salieron a denostar en su contra al grito de “irresponsables”. En cambio, la asociación Ayuda suiza contra el Sida festejó la noticia.

“Nuestra acción no es una provocación”, defendió el responsable de una de las parroquias, Alois Metz, a un programa de la tevé alemana. “Nosotros –dijo– debemos proteger la vida y en este caso lo hacemos a través de los preservativos.”