Todo tiene un tiempo. Incluso el robo a un banco. Cuatro delincuentes asaltaron ayer la sucursal del Banco Supervielle en Flores. Y en menos de dos minutos –cronometrados por ellos mismos– amenazaron a los empleados y clientes y se llevaron el dinero de cuatro cajas.

La división del trabajo llegó al choreo bancario: uno de los ladrones se dedicó, según señalaron los testigos, a controlar el tiempo de duración del robo para poder escapar antes de la llegada de la policía, y que al cabo del atraco los maleantes abandonaron en la puerta de la entidad una falsa granada, para evitar así que las víctimas salieran inmediatamente del lugar.

El hecho ocurrió a las 10.10 en una sucursal del Banco Supervielle situada en avenida Rivadavia 6411, entre Boyacá y Beltrán, adonde los cuatro ladrones, uno de ellos vestido con traje y otro portando un maletín, ingresaron simulando ser clientes.

Dos ladrones se colocaron cerca de la puerta, mientras que los otros dos se pararon en la fila para supuestamente ser atendidos por los cajeros, cuando en ese momento había unos 10 clientes esperando para realizar sus trámites.

El principal Fernando Sostre, vocero de la Federal, explicó a los medios que uno de los delincuentes “salió de la fila, se dirigió directamente hacia una empleada jerárquica del banco y mediante amenaza de arma de fuego le indicó que abra el sector de las cajas”.

“Cometieron el robo rápidamente. Ingresaron al sector de cajas y robaron el dinero disponible. Todavía no tenemos el monto porque se está realizando un arqueo, pero sabemos que la cifra que hay en cajas no es muy alta por una disposición del Banco Central”, detalló el oficial.

Según la reconstrucción de los investigadores de la comisaría 38ª, luego de sustraer la plata de las cajas los dos ladrones se juntaron con sus otros dos colegas que esperaban en la puerta, uno de los cuales se dedicó a controlar con un cronómetro el tiempo en que concretaban el asalto para fugar antes de la llegada de la policía.

La pregunta es cómo sabían cuánto tardarían en llegar los patrulleros. En menos de dos minutos entonces los delincuentes escaparon del banco, pero antes de salir por la puerta principal colocaron en el acceso a los cajeros automáticos un artefacto de forma cilíndrica que simulaba ser un explosivo, pero que a esa hora simulaba muy bien y pocos se animaron a discutirlo.

El principal Sostre reveló que el artilugio abandonado por los malhechores era “un elemento cilíndrico como una latita de gaseosa envuelta en cinta aisladora, con un cablecito colgando, que simulaba ser una bomba”. “Este es un elemento intimidatorio justamente para evitar que la gente salga del banco y pueda pedir auxilio al personal policial que pueda estar vigilando en la zona”, comentó el vocero policial. Una vez afuera los ladrones se fueron caminando entre la gran cantidad de transeúntes que había en la cuadra, y según indicaron algunos testigos a la policía habrían subido a un automóvil estacionado sobre la avenida Boyacá, con el cual cruzaron la avenida Rivadavia, en sentido hacia Alberdi.

Más tarde, una Brigada de Explosivos de Bomberos llegó al lugar, evacuó a las personas que permanecían aterradas dentro, y las de los comercios linderos. Luego desarmó la latita. El robo al Supervielle es el cuarto concretado en esta Capital durante 2011 por bandas dedicadas a cometer asaltos “express” a mano armada para robar en escasos minutos el dinero de las cajas.