SOCIEDAD › MADRE E HIJA VINCULADAS CON ROBOS DE OBRAS DE ARTE Y CRíMENES

Una familia muy normal

La hija, Romina Silva, fue detenida en Ezeiza cuando regresaba de México. Está acusada del doble crimen del hijo de un marchand de arte y su mujer. Pretendían robarle un cuadro de Picasso. La madre está prófuga por el robo de un Quinquela.

La familia tenía una impronta cultural de base. La hija Romina Iddon Silva estaba tras la pista de un Picasso del período neoclásico, del año 1919. La madre, Edith Silva, supo codiciar por un tiempo un clásico de Quinquela Martín, Proas al Sol. A Romina la detuvieron apenas pisó Ezeiza proveniente de México: la acusan del crimen del hijo de un marchand de arte y su pareja, en agosto de 2004 en Villa Elisa. También detuvieron a su ex pareja, Miguel Graffigna, acusado de participar en el doble crimen y quien, ya distanciado de Romina, se estableció en Ramos Mejía. Se supone que los asesinaron porque creían erróneamente que en su casa guardaban el Picasso. Por su parte, mamá Edith está prófuga, en México, acusada de participar en el famoso robo del Quinquela del despacho del intendente de Bahía Blanca en 2007 durante el que, para encubrir el robo le prendieron fuego a la intendencia.

La historia es un thriller de película. El doble crimen tuvo lugar el 22 de agosto de 2004 en la casa que Nicolás de Sousa (28) y su pareja Antonia Zárate (29), tenían en Villa Elisa. Durante los primeros pasos de la investigación se abrieron dos hipótesis angulares: una, la que habían sido víctimas durante la práctica del swingerismo, que partió de los datos recolectados de la casa. La segunda, que tenía alguna relación con las actividades del padre de Nicolás, dueño de una galería de arte. Durante un tiempo, el doble crimen quedó en la nada, hasta que una denuncia presentada a los investigadores vía teleconferencia desde México aportó el soporte de la acusación. El denunciante, Alfonso Velazco Aznar, testimonió que su pareja había sido Romina Gabriela Iddon Silva, que hasta ese momento era doña nadie en la búsqueda. Velazco Aznar dijo que durante su noviazgo ella le confió que en 2004 había sido testigo de un doble crimen en el que había participado su anterior pareja, el tal Graffigna. Poco después, el mexicano se separó de Romina y decidió llamar y hacer la denuncia.

El relato que proporcionó horrorizado el mexicano coincidió con la escena que encontraron los investigadores al entrar a la casa de Villa Elisa. De Sousa apareció atado y con un golpe en el cráneo, y la mujer asfixiada con la cabeza completamente envuelta en cinta plástica.

Según la revelación, Silva y Graffigna recibieron la información real o falsa pero que ellos creyeron, que la pareja guardaba en su casa un valiosísimo Picasso del período neoclásico. Vinculados a través de la práctica del swingerismo, tomaron contacto con la pareja y organizaron un encuentro en la casa de Villa Elisa. Nunca lograron encontrar el cuadro ya que no estaba en el lugar, pero asesinaron sádicamente a ambos tras hacerlos sufrir crueles tormentos.

Después del doble crimen Silva y Graffigna huyeron a México, donde después de un tiempo se separaron. Graffigna regresó al país, sin que pesaran sospechas de su participación y se instaló en Ramos Mejía. Silva permaneció en México, donde formó pareja con Velazco Aznar. En algún momento, la mujer no pudo contener el secreto y le reveló los detalles que permanecieron en secreto hasta que meses después la pareja se disolvió y el atribulado mexicano se decidió a denunciar.

El relato fue tomado como real, pero nunca se logró llegar a la detención de la mujer. Recién se tuvo certeza de su paradero cuando llegó la información de que planeaba realizar un viaje corto a Buenos Aires. En eso estaba cuando llegó a Ezeiza el sábado pasado. En una operación simultánea, Graffigna fue detenido en su casa de Ramos Mejía.

A todo esto, Edith Silva vive en México, prófuga de la Justicia luego de haber participado en el robo del Quinquela Proas al Sol, que tuvo sus peculiaridades noticiosas. El cuadro fue tomado del despacho del intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein. Para que no se notara la ausencia, los ladrones incendiaron el despacho el 13 de mayo pasado. Inicialmente, lograron su cometido. La primera hipótesis dio vueltas alrededor del atentado político.

Pero las sospechas comenzaron a abrirse cuando los peritos determinaron que el cuadro no se había quemado en el incendio sino que lo habían hecho humo: detectaron que junto al marco la tela había sido cortada, por rastros que no fueron consumidos por las llamas. Tiempo después, el cuadro apareció en julio de 2007 en el departamento de Recoleta de Sebastián Bocazzi, socio gerente de la galería de arte Roldán. El hombre denunció que había recibido la obra de arte por la que pagó un precio irrisorio en relación con el valor. Un día después Edith Silva fue detenida junto a Daniel Ghietto acusados de haber sido los que vendieron la pintura pero quedaron libres 13 días más tarde ya que se les imputó un delito excarcelable. En abril de 2008, la Justicia pidió nuevamente la detención de ambos por una estafa a una casa de venta de cuadros porteña y Silvia volvió a quedar detenida, aunque luego volvió a ser excarcelada. Por su parte, Ghietto se mantuvo prófugo hasta mediados de 2009, cuando fue detenido en la localidad bonaerense de Ingeniero White y la semana pasada fue condenado a cinco años de prisión. Por el mismo hecho ya fue condenado, también a la misma pena, el ex empleado municipal Carlos Videla, quien admitió haber participado del incendio, pero no de la privación ilegítima de la libertad contra el sereno ni del robo de la pintura.

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Edith Silva fue detenida en julio de 2007, pero luego la excarcelaron y sigue prófuga de la Justicia.
Imagen: Gentileza La Nueva Provincia
 
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