Roberto Soto, el joven de 22 años que a fines de enero murió presuntamente arrojándose a las vías del tren en Valparaíso, Chile, habría sido golpeado por policías de ese país antes de su muerte, de acuerdo con una versión que dieron a conocer sus familiares. El dato se desprende del testimonio de una mujer que habría sido testigo del hecho y que tomó estado público a través de medios periodísticos chilenos. Julio Soto, padre del joven mendocino, relató que, según el testigo, “tres detectives de la Policía de Investigaciones, que andaban en una camioneta, agarraron al muchacho y lo golpearon”. “Lo agarraron de los cabellos y se lo llevaron arrastrando sin contemplaciones ni misericordia. Lo arrastraron de los cabellos por más de una cuadra”, relató el padre.