EL PAíS › MUSICA, VIDEOS Y DESFILES EN LA FIESTA INAUGURAL

Con el espíritu del Bicentenario

Pasadas las 21.30, la fanfarria Alto Perú abrió la velada y la “Patria Voladora” de Fuerza Bruta pasó sobre las gradas. Las proyecciones recorrieron hitos de la historia local. Participaron La Mosca, el Choque Urbano y la compañía Eleve Danze, entre otros artistas.

 Por Facundo García

Fue como si hubieran extraído la esencia que tuvieron las celebraciones del Bicentenario: la misma energía y un paisaje humano muy similar al que se vio en mayo pasado sirvieron de catalizador para que anoche reabriera sus puertas el Estadio Unico de La Plata, que inauguró su nueva cara y se posicionó como uno de los más avanzados del continente. Fue una fiesta de colores y sonidos en la que Sergio Goycochea, La Mosca y otras figuras del espectáculo, el deporte, la política y la cultura dieron el presente. No obstante, la nota que más se oyó –y desde bien temprano, por cierto– fue la de los bombos. Había bombos por todas partes cuando alrededor de las 21.30 arrancaron los shows. El desfile de la fanfarria Alto Perú y un Himno Nacional salpicado de notas operísticas abrieron la velada; y la “Patria Voladora” –aquella mujer vestida de celeste y blanco que se floreó el año pasado por las calles porteñas gracias a la creatividad de Fuerza Bruta– surgió volando entre las gradas, confundida con el papel picado que distribuía al ritmo de sus malabares.

Entre videos que recorrían los hitos de la historia local desde una perspectiva justicialista –con grabaciones de Evita, de Perón y de obreros defendiendo sus derechos a modo de leitmotiv– hicieron su ingreso los actores de la compañía Eleve Danze. Tras colgarse de unos arneses circulares que ganaban altura lentamente, flotaron haciendo piruetas de corte futbolero, ataviados con los colores de Estudiantes y de Gimnasia y Esgrima. De remate, emergieron unos personajes con trajes luminosos, que añadieron matices a una paleta ya de por sí multicolor. Más bombos, más tonos vivaces. El espíritu dionisíaco que sabe movilizar el amplísimo arco en que pivota el peronismo ya estaba a punto caramelo.

“El Unico”, como se conoce al estadio en La Plata, está emplazado en un predio de treinta y dos hectáreas, ubicado entre las avenidas 32, 526 y 25 y la calle 21. Tiene capacidad para 36 mil asistentes sentados, dispuestos en diez sectores de tribunas que incluyen plateas, conexión wi-fi y cabinas de transmisión para la prensa. Posee 182 palcos –muchos más que los que había al iniciarse la obra–; miles de lugares de estacionamiento, una pantalla gigante en forma de cubo en el centro del campo y la posibilidad de exhibir imágenes en alta definición. Asimismo, cuenta con una sala de conferencias, dos confiterías y doce cafeterías, amén de los doce grupos de sanitarios para ambos sexos y los espacios para quienes tienen capacidades diferentes. Por supuesto, hay una central de primeros auxilios y cuatro boleterías. Un lujo. En la distancia, la mirada se sorprende con la armonía de las líneas y un equilibrio estético que –al menos a primera vista– coincide con un buen gusto mesurado y efectivo. De hecho, gracias al campo de juego móvil y el techo ultramoderno, el estadio será el primero de sus características en Sudamérica. Un título que no fue fácil de alcanzar: la construcción demandó dos décadas, y en el medio hubo acusaciones a todos los gobiernos de turno. El plan definitivo se completó siguiendo el proyecto original, y recuperando el material adquirido por la provincia en 2000, que estaba depositado –con riesgo de herrumbrarse– en la zona franca de Astillero Río Santiago.

Fue así que en 2008 el Ministerio de Infraestructura bonaerense inició un relevamiento técnico del estado estructural y del mantenimiento de las instalaciones, y recomendó dar de una vez por todas los toques finales. En consecuencia, la idea original del arquitecto Roberto “Nolo” Ferreira –hijo del recordado delantero del mismo nombre, que jugó en Estudiantes– terminó de concretarse luego de haber andado un camino repleto de idas y vueltas. Y hasta hubo tiempo para lo inesperado, ya que se encontraron, en mitad de las refacciones y a veinte metros de profundidad, los restos fósiles de un mamífero que vivió en la región hace 700 mil años.

Por eso es que superadas tantas promesas y trabas burocráticas, era el momento de continuar el festejo. La sorpresa de los espectadores giró sobre sí misma cuando una versión multitudinaria de El Choque Urbano se puso a latir a pura percusión en el centro de la escena, con 120 artistas dándole duro a los tambores. La propuesta que viene puliendo el grupo desde hace dos o tres temporadas recurre a melodías generadas con instrumentos extrañísimos, y genera una música muy parecida a la electrónica, aunque con el nervio y la sangre que transmite lo artesanal.

Pronto llegaron los hits de La Mosca, que hicieron seguir el baile; y ahí nomás el aporte de Goycochea, “arengador oficial” del evento. El ex arquero de la Selección admitió estar “contento, asombrado y ansioso” y se llevó una ovación. Al término del show –que duró sesenta minutos– se habían movilizado 1200 personas entre actores, personal técnico, asistentes y extras. La gran rueda de participantes miró al cielo para contemplar los fuegos artificiales y las cintas blanquicelestes que caían desde arriba. Al calor de los cantitos, las risas –desdentadas algunas, más completas otras– se contaban de a miles.

Ahora hay que disfrutar. “Hacerlo de nosotros”, como comentaba al lado de su parrilla de choripanes una señora que hacía lo posible por defender a CFK mientras los hijos se le desordenaban por el entusiasmo y la euforia. Llegarán el fútbol, el teatro, las bandas nacionales e internacionales. La primera cita será el miércoles, cuando se enfrenten, por Copa Libertadores, Estudiantes y Deportes Tolima de Colombia. El “Pincha” volverá a ocupar las instalaciones pronto, cuando se mida con Banfield por la tercera fecha del Torneo Clausura. Días después llegará el clásico platense contra Gimnasia, preludio de la gran movida que se iniciará en julio con el encuentro inaugural de la Copa América 2011, que tendrá a Argentina y Bolivia como protagonistas. A fines de marzo, los siete mil paneles de césped se correrán a un lado para que la banda irlandesa U2 ofrezca los conciertos que tiene programados allí.

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La “Patria Voladora” atravesó el estadio entre papel picado.
Imagen: Pablo Dondero
 
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