Dos gendarmes fueron detenidos, junto con la hermana de uno de ellos, en un procedimiento realizado en la localidad salteña de Aguaray, cerca de la frontera con Bolivia, cuando transportaban cerca de mil kilogramos de cocaína, embutida en la carrocería de la camioneta. La ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, dijo que este operativo y el realizado el viernes en un velero de bandera norteamericana donde hallaron otros 444 kilos de la misma droga están entre “los más importantes de la historia” en Argentina. Garré precisó que los 980 kilos de clorhidrato de cocaína secuestrados en Salta tienen un valor cercano a los “diez millones de dólares” y estimó que los gendarmes detenidos “son muy jóvenes”, los dos tienen 25 años y “recién se habían incorporado” a la fuerza. La ministra consideró que ambos tenían “muy poca experiencia”, lo que estaría indicando que detrás de ellos “hay una organización de mucha envergadura”. Garré precisó que si la droga incautada tiene “un valor de 9.800.000 dólares en Argentina, uno supone que no eran éstos dos chicos de 25 años quienes podrían estar en condiciones de financiar” la operación. Por ese motivo cree que ellos sólo “fueron contactados para el transporte de la droga”. Los dos gendarmes, cuyos nombres no se dieron a conocer, fueron pasados a disponibilidad y más tarde serán dados de baja. El procedimiento en Salta fue denominado Operativo Transparencia y se realizó el domingo, a las 16.30, en Aguaray, en el kilómetro 1466 de la ruta nacional 34, a más de 400 kilómetros de la ciudad de Salta.

Las detenciones se produjeron en un procedimiento realizado por personal de la Gendarmería Nacional en el marco de la Operación Aguila, de refuerzo de los controles vehiculares en el norte del país. Los gendarmes hicieron detener la marcha a los ocupantes de una furgoneta, dos hombres y una mujer, procedentes de Bolivia, que se dirigían hacia el sur de la provincia. Durante el control, los perros adiestrados para la detección de estupefacientes olfatearon la existencia de droga en el vehículo. Por esa razón, los gendarmes requisaron la furgoneta con una orden del juez Federal de Orán, Raúl Reynoso.

Los dos gendarmes que iban en la camioneta, junto con la hermana de uno de ellos, llevaban ocultos en un doble fondo 938 panes rectangulares que contenían 980 kilos de clorhidrato de cocaína. Ante el hallazgo, el juez Reynoso ordenó la inmediata detención de los dos hombres que ocupaban el vehículo y que resultaron ser miembros de la Gendarmería Nacional. La misma medida se tomó respecto de la mujer que iba con ellos. También se secuestraron dos pistolas calibre 9 milímetros. Se esperaba ahora la realización de otros operativos en diferentes puntos del país.

Durante la conferencia de prensa realizada ayer por la mañana, de la que participó el jefe de Gendarmería Nacional, Héctor Schenone, la ministra Garré resaltó que las fuerzas de seguridad “están cumpliendo las instrucciones de extremar la lucha contra la droga a través de controles estrictos”. Anunció, además, que la cartera a su cargo “va a seguir tratando de dotar a las fuerzas de la tecnología adecuada y moderna para seguir siendo efectivos en este tipo de controles”.

Garré destacó el trabajo realizado por la Gendarmería dado que “aunque se trataba de dos colegas suyos, aunque sean efectivos subalternos, decidieron realizar el control exhaustivo de la camioneta y encontraron esta cantidad de droga”. Sobre los detenidos, Garré dijo que son “dos jóvenes de 25 años con un rango muy inferior, quienes han sido pasados a disponibilidad de inmediato para luego ser dados de baja en forma urgente”. “No todos los hallazgos de droga se hacen con previa investigación. Hay dos mecanismos por los cuales las instituciones de seguridad pueden ubicarlo. Una es el uso intensivo de controles preventivos, y la otra es a través de indicios o de una denuncia que se siga una pista y se llegue a la incautación”, informó la ministra. Recalcó que “no hay que desmerecer” ninguno de esos dos caminos y agregó que “si el Estado no realizara controles, estaría faltando a sus obligaciones, que es hacer controles para detectar transportes de drogas en los casos que no hubiera indicios más firmes o alguna tarea previa determinada”.

Garré reiteró que la Argentina es “un país de tránsito” de droga y volvió a señalar posibles conexiones entre el caso de Salta, el hallazgo de 444 kilos de cocaína en el velero Traful, de bandera norteamericana, el caso del avión que llegó con droga al aeropuerto de Barajas, en España, y otro velero, esa vez de bandera inglesa, donde se incautaron 2500 kilos de cocaína en 2009. La ministra Garré, durante su contacto con la prensa, no descartó la posibilidad de convocar a la embajadora de Estados Unidos, Vilma Socorro Martínez, para ajustar los controles.